El Hombre de Bien

Su pelo desteñido, su barba sin afeitar,
Pelo en las orejas, corte peinado hacia atrás
Traje remendado a rayas gris y antiguo azul,
Corbata bien atada y años de incontable sur

Y él que fue un hombre de bien,
Ahora le pesan los años y acumula
En un baúl las fotografías de antaño.
Sin belleza en la piel sólo queda en la mirada
La sonrisa de una extraña que lo llama hoy señor.

Zapatos muy cuidados, untados en betún,
De esos que dejan huella y guíaron bien sus pasos.
Ya no queda nada del caballero que fue,
Hoy sólo queda un viejo que nunca quiso ser.

Y él que fue un hombre de bien,
Ahora le pesan los años y acumula
En un baúl las fotografías de antaño.
Sin belleza en la piel sólo queda en la mirada
La sonrisa de una extraña que lo llama hoy señor.

Y Teresa ya no es la mujer que antaño fue.
Poco a poco se evapora y no recuerda ya
La historia de aquel viejo hombre de bien.

Y él que ahora es el viejo aquel,
Que le pesan los años y acumula en un baúl las fotografías de antaño.
Sin belleza en la piel sólo queda en la mirada la esperanza de que
Esa extraña, se reconozca a su mujer,
Se reconozca a su mujer,
Se reconozca a su mujer, se reconozca a su mujer.