Aria Emotiva
Vuelvo a lo mismo, absorto entre mi cigarrillo
Pensando en cada lazo que se ha dividido
Estudiando técnicas del hedonismo
Para desprenderme de los eslabones que he perdido
Regocijándome en un pulso que me grita que estoy vivo
Y acostumbrándome a que todo a mí alrededor
Esté condenado eternamente, a pender de un hilo
Mientras mi mano avanza se nota el cansancio
Que de hace tiempo en la espalda llevo cargado
Pero, a los pies alados no los derrotaron
Y a este corazón ansioso lo indultaron
Divago, y no me sorprende mi cuaderno
Ya que al abrirlo solo encuentro sangre bañada en fuego
Con un elixir que la ha convertido
En algo que por convenio se ha decidido llamar versos
Porque es fácil convertir el dolor en tinta negra
Arrancar la hoja y guardarla en un cajón cualquiera
Pero qué difícil es guardar la pena viva
Con una sonrisa fingida que reprime en tu pecho la tristeza
Y aunque no lo parezca es preferible
Porque quién menos crees puede afianzarse de lo que te aflige
Así que aplica todos tus sentidos
Cuando creas correcto, contar lo que te deprime
Cuántas temporadas sin placer
Cuántas primaveras, dentro de mí sin florecer
Cuánta melancolía entre avidez
Cuántas lágrimas en el tedio que guarda cada amanecer
Y aunque, la vida mañana me golpee más fuerte
Y me despierte con un ser querido ausente
Seguiré luchando por lo que se quiere
Y haciendo de mi vida un audio como regalo pa' todos ustedes
Como olvidar cuando de pequeño
Era imprescindible dormir en el pecho de mi viejo
Pero todo cambia con el tiempo
Porque ahora es imprescindible hacer
De cada soplo un verbo
Los viajes de niño en bicicleta hacia el espacio
Pasaron a ser anémicas jornadas de trabajo
Esa hoja, que de crayones se vestía
Ahora es un recipiente en el cuál mi espíritu se vacía
No me desvela no llevar tu complacencia a cabo
Y es que aún si fuese un gran samaritano
Pesará, más en la conciencia ajena el daño
Que por mi condición de humano haya ocasionado
Porque es más fácil inventar que fumo marihuana
Que indagar en lo más recóndito de mi alma
Esas secuelas de miseria almacenadas
Que han sembrado en mí una existencia desgarrada
Llámale como quieras a esto que hago
Yo, solo llevo el fin de exteriorizar lo que siento
Tú, no representas ningún don para mi ego
Ni eres tan grande para llevarte entre mis complejos
En tan poco tiempo me he tomado esto tan enserio
Como el juramento hipocrático de un médico
Desde esta pequeña mesa de centro nocturno
Donde apenas hubo cupo
Para un trago, un lápiz, una hoja en blanco a la cual temo tanto
Y mil susurros que derivan mi escritura hacia un tornado
Por no ser ni el reflejo de la perspectiva
Que manejan entre sus recuerdos
Sé, que comentan lo que he cambiado, y si
Ante tanto, me convertí en un sujeto caustico, agnóstico
Pues no creo en nada de lo que ha vendido el sistema eclesiástico
Me consideran bestia las personas que acarrearon
El que me convirtiera en ella
No saben la dislexia que consigo trajo
Él que nadie te reciba con un abrazo tras la puerta
La madurez me enseñó a no reprochar nada
Y solo doy de vuelta la misma cuchara
Que me dieron llena de indiferencia
Y estoy sereno, pues ni me deben ni les debo nada
Hasta que me arropen las canas
Y me toque la puerta a su llegada
Esa ciencia tan certera que avala
La temporalidad de nuestro paso por la tierra
Y conlleva infinitamente a la bonanza
Estará entre el mundo y la ventana
Esa grieta con un nombre, alguna historia y heridas que dejan marcas
Como aquella ausente imagen de cinco miembros
Que al desayunar rodeábamos la mesa
No soy más que un famélico noctámbulo
Que concibe dentro de sí mismo el ángelus
Una esfinge de pigmentación caucásica
Que observa la mugre del mundo y se niega a llorar
La experiencia consecuente del barrio
Que va meditando y reiterando cada garabato
Un quemante anhelo que en ocasiones
Puedo notar entre mis párpados
En tantos momentos de gestación al pensamiento
Vi más allá que lo tormentoso del silencio
Y los barrotes inertes de la soledad
Dejaron de ser el mayor de mis desprecios
Ahora camino dándole a lo negativo
Una mejor apreciación de su teñido
Y tomándome con deleite
Eso que nos cambia para siempre llamado "lo aprendido"
Entre lo efímero y lo etéreo
Voy entregando lo mejor que puedo de mí en esto
Sobreponiéndome ante el miedo de la posibilidad
Que muera en el inicio de un próximo intento
Y si es un hecho, me quedará el aliento
De que quienes quieran llevaran mi fraseo en su recuerdo
No sé si tanto como Ángela Botero, pero
He vivido muchísimo menos de lo que sueño
Pensando en cada lazo que se ha dividido
Estudiando técnicas del hedonismo
Para desprenderme de los eslabones que he perdido
Regocijándome en un pulso que me grita que estoy vivo
Y acostumbrándome a que todo a mí alrededor
Esté condenado eternamente, a pender de un hilo
Mientras mi mano avanza se nota el cansancio
Que de hace tiempo en la espalda llevo cargado
Pero, a los pies alados no los derrotaron
Y a este corazón ansioso lo indultaron
Divago, y no me sorprende mi cuaderno
Ya que al abrirlo solo encuentro sangre bañada en fuego
Con un elixir que la ha convertido
En algo que por convenio se ha decidido llamar versos
Porque es fácil convertir el dolor en tinta negra
Arrancar la hoja y guardarla en un cajón cualquiera
Pero qué difícil es guardar la pena viva
Con una sonrisa fingida que reprime en tu pecho la tristeza
Y aunque no lo parezca es preferible
Porque quién menos crees puede afianzarse de lo que te aflige
Así que aplica todos tus sentidos
Cuando creas correcto, contar lo que te deprime
Cuántas temporadas sin placer
Cuántas primaveras, dentro de mí sin florecer
Cuánta melancolía entre avidez
Cuántas lágrimas en el tedio que guarda cada amanecer
Y aunque, la vida mañana me golpee más fuerte
Y me despierte con un ser querido ausente
Seguiré luchando por lo que se quiere
Y haciendo de mi vida un audio como regalo pa' todos ustedes
Como olvidar cuando de pequeño
Era imprescindible dormir en el pecho de mi viejo
Pero todo cambia con el tiempo
Porque ahora es imprescindible hacer
De cada soplo un verbo
Los viajes de niño en bicicleta hacia el espacio
Pasaron a ser anémicas jornadas de trabajo
Esa hoja, que de crayones se vestía
Ahora es un recipiente en el cuál mi espíritu se vacía
No me desvela no llevar tu complacencia a cabo
Y es que aún si fuese un gran samaritano
Pesará, más en la conciencia ajena el daño
Que por mi condición de humano haya ocasionado
Porque es más fácil inventar que fumo marihuana
Que indagar en lo más recóndito de mi alma
Esas secuelas de miseria almacenadas
Que han sembrado en mí una existencia desgarrada
Llámale como quieras a esto que hago
Yo, solo llevo el fin de exteriorizar lo que siento
Tú, no representas ningún don para mi ego
Ni eres tan grande para llevarte entre mis complejos
En tan poco tiempo me he tomado esto tan enserio
Como el juramento hipocrático de un médico
Desde esta pequeña mesa de centro nocturno
Donde apenas hubo cupo
Para un trago, un lápiz, una hoja en blanco a la cual temo tanto
Y mil susurros que derivan mi escritura hacia un tornado
Por no ser ni el reflejo de la perspectiva
Que manejan entre sus recuerdos
Sé, que comentan lo que he cambiado, y si
Ante tanto, me convertí en un sujeto caustico, agnóstico
Pues no creo en nada de lo que ha vendido el sistema eclesiástico
Me consideran bestia las personas que acarrearon
El que me convirtiera en ella
No saben la dislexia que consigo trajo
Él que nadie te reciba con un abrazo tras la puerta
La madurez me enseñó a no reprochar nada
Y solo doy de vuelta la misma cuchara
Que me dieron llena de indiferencia
Y estoy sereno, pues ni me deben ni les debo nada
Hasta que me arropen las canas
Y me toque la puerta a su llegada
Esa ciencia tan certera que avala
La temporalidad de nuestro paso por la tierra
Y conlleva infinitamente a la bonanza
Estará entre el mundo y la ventana
Esa grieta con un nombre, alguna historia y heridas que dejan marcas
Como aquella ausente imagen de cinco miembros
Que al desayunar rodeábamos la mesa
No soy más que un famélico noctámbulo
Que concibe dentro de sí mismo el ángelus
Una esfinge de pigmentación caucásica
Que observa la mugre del mundo y se niega a llorar
La experiencia consecuente del barrio
Que va meditando y reiterando cada garabato
Un quemante anhelo que en ocasiones
Puedo notar entre mis párpados
En tantos momentos de gestación al pensamiento
Vi más allá que lo tormentoso del silencio
Y los barrotes inertes de la soledad
Dejaron de ser el mayor de mis desprecios
Ahora camino dándole a lo negativo
Una mejor apreciación de su teñido
Y tomándome con deleite
Eso que nos cambia para siempre llamado "lo aprendido"
Entre lo efímero y lo etéreo
Voy entregando lo mejor que puedo de mí en esto
Sobreponiéndome ante el miedo de la posibilidad
Que muera en el inicio de un próximo intento
Y si es un hecho, me quedará el aliento
De que quienes quieran llevaran mi fraseo en su recuerdo
No sé si tanto como Ángela Botero, pero
He vivido muchísimo menos de lo que sueño
Credits
Writer(s): Armando Alexander Navas Portillo
Lyrics powered by www.musixmatch.com
Link
© 2024 All rights reserved. Rockol.com S.r.l. Website image policy
Rockol
- Rockol only uses images and photos made available for promotional purposes (“for press use”) by record companies, artist managements and p.r. agencies.
- Said images are used to exert a right to report and a finality of the criticism, in a degraded mode compliant to copyright laws, and exclusively inclosed in our own informative content.
- Only non-exclusive images addressed to newspaper use and, in general, copyright-free are accepted.
- Live photos are published when licensed by photographers whose copyright is quoted.
- Rockol is available to pay the right holder a fair fee should a published image’s author be unknown at the time of publishing.
Feedback
Please immediately report the presence of images possibly not compliant with the above cases so as to quickly verify an improper use: where confirmed, we would immediately proceed to their removal.