Viviras Por Siempre

Chiche Romero, Cobacho y Doble Peralta
Adelante con el retorno

Yo aprendí en un renglón de la vida
Tantas cosas
Dibujé en mis imaginaciones
Lo imposible
Dijo adiós, a través del silencio, un amigo que un día
No pensaba morirse tan joven con sus ilusiones

Nadie sabe donde puede empezar un dolor
Una causa que pueda terminar con un ser
Quien se aleja nunca sabe que él ha sido el mejor
En la ausencia es quien se sabe de lo grande que fue

¡Ay! Amigo, ¿cómo haré si yo
Hoy no puedo parrandear sin ti?
¿Cómo haré para escuchar tu voz?
Tan jovial, espontánea y feliz

Viste luz en la distancia
De una negra noche
De quien te quería
Pero el hombre no sabe
Cuál es el final
De su propia vida

Aquí tienes tus amigos, Rita
Sollozando de dolor, ¡qué pena!
Tú serás cual oración eterna
Que el dolido pide de rodillas

Aquí tienes tus amigos, Rita
Sollozando de dolor, ¡qué pena!
Tú serás cual oración eterna
Que el dolido pide de rodillas

Aida Rosario Londoño
Y Nancy Caicedo
¡Ay, hombre!

ChiIde Lupe, Jhon Nariño y Quico Figueroa
¡Qué tristeza!

Se apagó en un destello la vida
¿Cuál destino?
Quien no acierta en su propio camino
Se oscurece

Se dolió el corazón si el misterio
Se llevaba
En sus brazos la fuerza de un hombre que hoy nos duele

Dulce sombra de esa vida que no apaga mi Dios
Porque vivirá por siempre en el sentido de un bien
La armonía de una familia se vistió de dolor
Si el viajero enamorado para siempre se fue

Y ese joven que no tuvo igual
Un espacio en el andar dejó
Una culpa que condujo al mal
Quien la tenga que lo mire, ¡ay Dios!

Una flor que revivió, con su aroma frente al sol, hoy mitiga sus males
Y al que tanto aconsejó, cuando quiera hoy su voz, ya no está ese compadre

Y aquí tienes tus amigos, Rita
Sollozando de dolor, ¡qué pena!
Tú serás cual oración eterna
Que el dolido pide de rodillas

Y aquí tienes tus Diablitos, Rita
Sollozando de dolor, ¡qué pena!
Tú serás cual oración eterna
Que el dolido pide de rodillas

Y aquí tienes tus Diablitos, Rita
Sollozando de dolor, ¡qué pena!
Tú serás cual oración eterna
Que el dolido pide de rodillas