Aquella Ciudad

En tan sólo una vez
he buscado mil maneras,
ya no lo puedo entender,
no me entra en la cabeza...
Si he buscado en tierra y mar,
y en la luna hasta el final,
ya no sé como admitir que tú no estás.

Sólo quiero hablar con un ángel
exiliado de tierras de Dios.
Ese que por amar a otro alguien
fue presa de la incomprensión.

Quien fuera como yo,
que entienda mi dolor,
que renuncie por mí a su cielo...

Allá en la lejanía,
confinado para siempre quedarás.
Todo ese tiempo juntos
pertenece a aquella vieja ciudad,
en la que ya no quedan
ni las huellas que dejamos al pasar.
Y lo que más me apena
es no quererlas ni encontrar...

En un mundo que es tan miserable,
esa luz en aquella ciudad
era un faro en la niebla de esta soledad,
pero ya no ha vuelto a brillar.
Ya no seremos dos, ya no busco tu voz.
Entre el cielo y la tierra murió.

Creciendo en mí el frío,
la agonía y también la soledad.
Soy un Ángel caído, desterrado,
que ya nunca volverá.
Búscame un sentido para todo
lo que he perdido ya...
Y búscame tú a mí, pues
yo no volveré hacia atrás...
lejana es ya, aquella ciudad.