El Loco del Recado
En Vallimanca ocurrió, no sé si es cuento o leyenda
De una singular contienda que un paisano me contó
Se dice que allí habitó un jinete renombrado
En la estancia respetado y cuando el tiempo pasó
El pago lo conoció como El loco del Recado
El encargado chacoteaba, cuando un potro le traía
Casi siempre le decía que ese era el que lo bajaba
Y el mozo le contestaba, con seguridad y prestancia
Y con algo de arrogancia: "Si me baja alguna vez
Reca'o al hombro y de a pie me marcharé de la estancia"
Al verlo al paisano aquel, sobre el chúcaro sentado
Parecía que el recado había nacido con él
Él era el peoncito fiel, con tanta fama ganada
La que se vería manchada cuando un día en el potrero
Vio a un padrillo forastero mezcla'o entre la manada...
Era un oscuro tapado, noche cerrada sin luna
No conocía soga alguna y de colmillos cruzados
Bonito, muy bien formado se lo solía ver pasar
De tardecita rondar por el casco de la estancia
Desafiante a la distancia por si lo querían probar...
Hasta que un día un puestero, haciéndose el distraído
Le echó al cogote un torcido en un zainito ligero
Junto con sus compañeros al palenque lo arrimaron
Despacio lo embozalaron, mania'o se quedó quietito
Lo invitaron al mocito y las cacharpas le echaron
Era casi un monumento, ver al oscuro ensilla'o
Y sobre el lomo sentado, al mozo enriendando atento
El encargado contento repetía una y otra vez
"Creo que el padrillo es el que al fin lo ha de bajar
A ver si se va a marchar como prometió de a pie..."
Dicen que se lo soltaron y en aquella tardecita
Fue la postal más bonita que en mucho tiempo observaron
Como dos tigres pelearon, uno por ser liberado
Otro el dueño del recado, pero en un quite limpito
Me lo dejó al mensualito sobre la arena senta'o
El padrillo disparó, se lo observó a la distancia
Que muy lejos de la estancia todas las pilchas perdió
Y nunca más se lo vio, lo que causó gran asombro
Y al peoncito que les nombro y que cuentan que esa vez
Se fue marchando de a pie llevando el reca'o al hombro
Y después de aquella vez, por siempre se lo veía
Haciendo changas por día y marchándose de a pie
Más tarde, ya en su vejez, dicen que habría comentado
"Recuerdo un triste pasado de aquel momento tan duro
Culpa de un soberbio oscuro, soy El loco del Recado..."
De una singular contienda que un paisano me contó
Se dice que allí habitó un jinete renombrado
En la estancia respetado y cuando el tiempo pasó
El pago lo conoció como El loco del Recado
El encargado chacoteaba, cuando un potro le traía
Casi siempre le decía que ese era el que lo bajaba
Y el mozo le contestaba, con seguridad y prestancia
Y con algo de arrogancia: "Si me baja alguna vez
Reca'o al hombro y de a pie me marcharé de la estancia"
Al verlo al paisano aquel, sobre el chúcaro sentado
Parecía que el recado había nacido con él
Él era el peoncito fiel, con tanta fama ganada
La que se vería manchada cuando un día en el potrero
Vio a un padrillo forastero mezcla'o entre la manada...
Era un oscuro tapado, noche cerrada sin luna
No conocía soga alguna y de colmillos cruzados
Bonito, muy bien formado se lo solía ver pasar
De tardecita rondar por el casco de la estancia
Desafiante a la distancia por si lo querían probar...
Hasta que un día un puestero, haciéndose el distraído
Le echó al cogote un torcido en un zainito ligero
Junto con sus compañeros al palenque lo arrimaron
Despacio lo embozalaron, mania'o se quedó quietito
Lo invitaron al mocito y las cacharpas le echaron
Era casi un monumento, ver al oscuro ensilla'o
Y sobre el lomo sentado, al mozo enriendando atento
El encargado contento repetía una y otra vez
"Creo que el padrillo es el que al fin lo ha de bajar
A ver si se va a marchar como prometió de a pie..."
Dicen que se lo soltaron y en aquella tardecita
Fue la postal más bonita que en mucho tiempo observaron
Como dos tigres pelearon, uno por ser liberado
Otro el dueño del recado, pero en un quite limpito
Me lo dejó al mensualito sobre la arena senta'o
El padrillo disparó, se lo observó a la distancia
Que muy lejos de la estancia todas las pilchas perdió
Y nunca más se lo vio, lo que causó gran asombro
Y al peoncito que les nombro y que cuentan que esa vez
Se fue marchando de a pie llevando el reca'o al hombro
Y después de aquella vez, por siempre se lo veía
Haciendo changas por día y marchándose de a pie
Más tarde, ya en su vejez, dicen que habría comentado
"Recuerdo un triste pasado de aquel momento tan duro
Culpa de un soberbio oscuro, soy El loco del Recado..."
Credits
Writer(s): Carlos Ramon Fernandez
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