Cara a Cara
Solamente una palabra,
solamente una oración
cuando llegue a tu presencia, oh Señor.
No me importa en qué lugar
de la mesa me hagas sentar,
o el color de mi corona, si la llego a ganar.
Solamente una palabra,
si es que aún me queda voz
y si logro articularla en tu presencia.
No te quiero hacer preguntas,
sólo una petición,
y si puede ser a solas, mucho mejor.
Sólo déjame mirarte cara a ca-----ra
y perderme como un niño en tu mira-----da,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie diga nada,
porque estoy viendo al Maestro cara a cara.
Que se ahogue mi recuerdo en tu mirada,
quiero hablarte en silencio y sin palabras,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie diga nada,
sólo déjame mirarte cara a cara.
Solamente una palabra,
solamente una oración
cuando llegue a tu presencia, Oh Señor.
No me importa en qué lugar
de la mesa me hagas sentar,
o el color de mi corona, si la llego a ganar.
Sólo déjame mirarte cara a cara
aunque caiga derrotado en tu mirada,
derrotado y desde el suelo,
tembloroso y sin aliento,
aún te seguiré mirando, mi Maestro.
Cuando caiga ante tus plantas de rodillas,
déjame llorar pegado a tus heridas,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie me lo impida,
que he esperado este momento toda mi vida
solamente una oración
cuando llegue a tu presencia, oh Señor.
No me importa en qué lugar
de la mesa me hagas sentar,
o el color de mi corona, si la llego a ganar.
Solamente una palabra,
si es que aún me queda voz
y si logro articularla en tu presencia.
No te quiero hacer preguntas,
sólo una petición,
y si puede ser a solas, mucho mejor.
Sólo déjame mirarte cara a ca-----ra
y perderme como un niño en tu mira-----da,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie diga nada,
porque estoy viendo al Maestro cara a cara.
Que se ahogue mi recuerdo en tu mirada,
quiero hablarte en silencio y sin palabras,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie diga nada,
sólo déjame mirarte cara a cara.
Solamente una palabra,
solamente una oración
cuando llegue a tu presencia, Oh Señor.
No me importa en qué lugar
de la mesa me hagas sentar,
o el color de mi corona, si la llego a ganar.
Sólo déjame mirarte cara a cara
aunque caiga derrotado en tu mirada,
derrotado y desde el suelo,
tembloroso y sin aliento,
aún te seguiré mirando, mi Maestro.
Cuando caiga ante tus plantas de rodillas,
déjame llorar pegado a tus heridas,
y que pase mucho tiempo,
y que nadie me lo impida,
que he esperado este momento toda mi vida
Credits
Writer(s): Marcos Roloff Vidal
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