Tu Bondad

Fíe de la bondad de Dios,
que es mayor que todos los males que podamos hacer,
miren lo que ha hecho conmigo,
que primero me cansé de ofenderle,
que Su Majestad dejó de perdonarme.

Primero me cansé de ofenderle,
que Su Majestad
dejó de perdonarme.

Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias;
no nos cansemos nosotros de recibir.
Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias;
no nos cansemos nosotros de recibir.

Fíe de la bondad de Dios,
que es mayor que todos los males que podamos hacer,
miren lo que ha hecho conmigo,
que primero me cansé de ofenderle,
que Su Majestad dejó de perdonarme.

Primero me cansé de ofenderle,
que Su Majestad
dejó de perdonarme.

Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias;
no nos cansemos nosotros de recibir.
Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias;
no nos cansemos nosotros de recibir.
Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias;
no nos cansemos nosotros de recibir.
Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias;
no nos cansemos nosotros de recibir.



Credits
Writer(s): Lorena Aragón Vargas
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