Que Vuelva

¡Ay, Dios mío!
¡Eh!

Anda, ve a decirle que yo estoy sufriendo
Dile que no puedo con las penas
Tú que te das cuenta que la quiero
Ve a decirle que mi alma se quema

Tú que eres su amiga y sabes de mis sueños
Cuéntale que el mundo se me acaba
Vamos, date cuenta que me muero
Que sin ella no soy nada

Ve y dile que mi vida solo es vida si ella está
Que no soporto más esta terrible soledad
Que me la encuentro siempre en cada sueño
Que ya no duermo

Que si miro al espejo, su reflejo encuentro allí
Que pronuncio su nombre y nada quiero decir
Que ahí está su risa, en mis recuerdos
Que ya estoy casi enloqueciendo

Dile que aquí está el hombre que la ama
Que siempre ha sido el dueño de su vida
Que siempre hay una lágrima en mi cara
Que ya no puedo más con las heridas

Háblale
Dile que yo he sentido engañarla
Que se acaba mi vida
Que se muere mi alma

Dile que vuelva
A decir que aún me puede amar
Pero, que vuelva a mí
Que sin ella no puedo vivir

¡Ay, Dios mío!
Dile que vuelva, a ver
¡Eh!
¡Eh!
¡Je!

¡Ay, Dios mío!
¡Ajá!

¡Je!
¡Suena Martínez!

Anda, ve a decirle que no hay un segundo
Que no me haga falta sus caricias
Que me hacen daño los minutos
Que deliro por su sonrisa

Anda, ve a decirle que más primaveras
No veré llegar, si no regresa
Que si las miradas no me llegan
Sé que pierdo la cabeza

Dile que no hay instante donde no piense en su piel
Que me muero de angustia porque no la puedo ver
Que pierdo mil intentos en buscarla
Y no me habla

Que aunque rompí su foto, aún su imagen sigue ahí
Clavada en mi memoria y no se puede salir
Que está en cada rincón de nuestra casa
Que su recuerdo casi me mata

Dile que aquí está el hombre que la ama
Que siempre ha sido el dueño de su vida
Que siempre hay una lágrima en mi cara
Que ya no puedo más con las heridas

Háblale
Dile que yo he sentido engañarla
Que se acaba mi vida
Que se muere mi alma, dile

Que vuelva
A decir que aún me puede amar
Pero, que vuelva a mí
Que sin ella no puedo vivir

Que vuelva
A decir que aún me puede amar
Pero, que vuelva a mí
Que sin ella no puedo vivir