Estructura

El saber que voló de su casa hacían un justo recreo
Me dejó la conciencia inflamada
De un anzuelo hacia el pez en el agua,
Timidez, mal actor en escena
Y algo de calor.

Rezongué que su tiempo era un verbo como una avalancha
De mujer libertaria embargada,
Soberana y grosera.
Infartaba poesía barata
Volcada en mi acorde expresión.

Recogí ese valor que delatan los niños en juego:
De subirme a la copa del árbol,
Inocente, travieso, encantado.
Entre ramas ajando mis manos por verla llegar.

Para ser mi escuela o un repunte de ocasiones,
La presencia remota matando soledad.
Cual amante furtiva al reflejo de amores;
Que la historia, la iglesia, los curas,
La familia y toda la estructura quiere atar.

El destino complace alentando a los que lo rechazan.
Y de pronto, me vi en una jaula
De sus piernas y de su mirada,
Con mujer rebalsando en la cama y aguda expresión.

La besé como brisa de paso sobre sus rodillas.
Yo inexperto, ella tan llena de vida
Que me hablaba en la justa medida,
Me agarraba la mano y llevaba
A donde hay que tocar.

La despedida fue, para entendidos, mi rara belleza:
De un deseo golpeando la puerta,
De esperanza abordando en su oreja,
De cabezas que miran, que piensan,
Que dudan qué hablar...

Si ella fue mi escuela o un repunte de ocasiones,
La presencia remota matando soledad.
Quién acecha a la oportunidad de rincones;
Si la historia no se hace de nulos,
Cada amante guarda el disimulo para andar.