Interior (Parte I)

Está estupendo tu cuestionamiento, el concepto,
pero ya no sé qué necesitas para vivir, para vivir feliz.
El miedo, la desconfianza te han
vuelto esclavo, esclavo de la ausencia.
No tienes liberación, no tendrás liberación, pero quieres.
Se nace, se vive, se muere,
luego nos hacemos parte del todo, no hay retorno.
No hay retorno, pero pasarán por aquí de nuevo.
Existe un transporte para cada instrumento, les confieso,
prefiero llegar seguro y directo, voy a relatar el momento,
paredes suaves, flexibles,
amoldables como para no despertarse,
pero necesito conocer, ver, para que nadie me cuente.
Todavía no imagino, en el camino algo bueno debiese pasar,
de a poco lo logro, lo distingo son varios ruidos, voces y ritmos.
Hablan, cantan, se ríen conmigo, flotando consigo alimento,
del ombligo al mundo, siento, pienso y escucho, son varios.
Muros suaves, flexibles, amoldables para el ser y estar,
muros suaves, flexibles, amoldables, para despertarse nunca.
Un reflejo rompe la tranquilidad y comienza el remolino,
es atrayente el impulso, es más fuerte que yo,
jamás pensé en detenerlo, aún no es el momento.
Aún no es el momento de ir en contra,
en contra encontrarás el tino, la vocación, el oficio.
Encandilado por un periodo, reclamado, por el amor llamado,
oxígeno para el planeta, hacer senderos te espera,
prepara tu arma, la palabra, prepara tu arma, la llave maestra.
Un reflejo rompe la tranquilidad y comienza el remolino,
es atrayente el impulso, es más fuerte que yo,
jamás pensé en detenerlo, ahora es el momento.
Es bastante cómodo, muy cálido,
no te sientas mal, por esto, pero ya estoy listo, está resuelto.
Alcancé mi desarrollo, quiero aprender más, mientras daba giros,
guardaba registro, hay distintos puntos de vista, y voy por otro.
Se define mi rostro, mi cuerpo, ahora lo entiendo,
estamos divididos, son dos mundos: tierra y espíritu.