Déjame Abrazarte

No esperaba verte pronto pero ¿cómo estás?, ven déjame abrezarte,
Pues recuerdo que la última vez que te abrace llevabas mucha prisa,
Tú dejabas mi vida en ceniza, y tuve que entender que te ibas, que alguien te esperaba,

Hoy la historia se repite, pero ahora tu libreto es diferente,
Hoy las lágrimas son tuyas y yo soy el que se ríe de la gente,
Y me duele tener que decirlo, pero tu rostro me muestra el pago de tantos días tristes,

Porque te fuiste un día sabiendo lo que mi alma te necesitaba,
Con todas esas lagrimas que derramaba, sabias de los días negros que me esperarían,
Y regresaste ahora con las manos pesadas de tantas derrotas,
Pidiéndome que le siembre a tu infierno rosas, mejor pídeme estrellas en un medio día,

Ojala tuviera el corazón de plastilina para que no me importara lo que estas sufriendo,
Pero a pesar que un día me dejaste una hería, hoy me tiene conmovido tanto sentimiento,
Porque te fuiste un día sabiendo lo que mi alma te necesitaba,
Con todas esas lagrimas que derramaba, sabias de los días negros que me esperarían,

Por tu culpa yo he vivido los momentos más amargos de mi vida,
Pero en fin, se justifican con tus besos, tu mirada y tu sonrisa,
Y por más que yo trato de odiarte o por más que maldiga tu nombre termino en amarte,
Nada valen los amigos que comentan tus errores en reuniones,
Mientras ellos se preocupan por mi orgullo, yo os pido que te perdonen,
Y si son verdaderos amigos, bien sabrán que mi felicidad solamente es contigo,

Ven déjame abrazarte, que tengo mil motivos para perdonarte,
No me perdonare que vuelvas a marcharte, después de tanto orar para volver a verte,
Ven déjame abrazarte porque en verdad no aguanto más en mi odiarte,
Estoy muriendo por las ganas de besarte y convertir tu infierno en una primavera,

Ojala tuviera el corazón de plastilina para que no me importara lo que estas sufriendo,
Pero a pesar que un día me dejaste una hería, hoy me tiene conmovido tanto sufrimiento,
Porque te fuiste un día sabiendo lo que mi alma te necesitaba,
Con todas esas lagrimas que derramaba, sabias de los días negros que me esperarían,

Y regresaste ahora con las manos pesadas de tantas derrotas,
Pidiéndome que le siembre a tu infierno rosas, mejor pídeme estrellas en un medio día,