Hay Que Madrugar

Amiguito a casa, que hay que madrugar.

Morir es siempre un accidente,
Envejecer es un pecado mortal,
No tenemos siquiera el derecho
De elegir el momento para poner el fin.
A los veinte, quieres tener treinta,
Te despiertas de pronto y no sabes que hacer,
Ya no puedes parar,
Estás atrapado a una falsa verdad.

La cabeza ya no te responde,
Cuando piensas, nunca eres tú,
Te has casado y tienes dos hijos.
Van creciendo y adiós juventud.
Ves que has dado la vida por ellos
Y ellos viven la suya, pasando de ti,
Un polvo semanal,
Uno por la cara y tres a "diñar".

Pero, siempre quedan
Las cañitas en cualquier bar,
Cuatro amigos que están
Cuando no hay que ayudar
Sólo queda tu mujer...

Ella está con su neurosis
Le ha pasado lo mismo, más o menos que a ti,
A veces os miráis,
Son esas miradas la verdad.

Pero, siempre quedan
Las cañitas en cualquier bar,
Y los juegos de azar,
Siempre pueden tocar,
Pero no tocan jamás.

Es mejor seguir cantando:
"Del color del cielo el azul del mar", (arh),
Corremos el peligro,
De despertarnos y no currar más.

...Y hay que madrugar,
Hay que madrugar,
¡Hay que madrugar!
Y hay que madrugar,
Hay que madrugar,
¡Hay que madrugar!
Y hay que madrugar.



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