Bueno Ya

Hay una luz
que atraviesa mi cráneo
como un disparo,
como una bendición
que deja oscuro
sobre el escenario
la sombra muerta
de lo que no soy yo.
Es el momento
de decir lo que pienso,
es el momento
de saltar
y el que se quiera
detener un momento
no piense que
lo vamos a pasar mal.

Todo, todo,
todo está bien.
Todo, todo,
todo está bien.

Venden felicidad
en el supermercado,
pastillas a toda
textura y color,
ayer compré unas blancas
en nuestra farmacia del barrio
y me siento más lento
en vez de mejor.
Quizás llegó el momento
de sonreír
la más auténtica
expresión de gozo,
y no propongo
empezar a fingir
sino buscar la escala
para salir del pozo.

Todo, todo,
todo está bien.
Nada, nada,
nada, nada, nada.
Todo, todo,
todo está bien.

Nada, nada,
nada está bien.
Todo, todo,
todo, todo, todo.
Nada, nada,
nada está bien.
Hey.
Bueno ya.

Hay una luz
entre cada costilla,
incandescentes
partículas de argón
como el que se usa para
hacer un rayo láser, y brilla
incluso a través
de tu polerón.

Hay una búsqueda
de ritmo y de baile,
hay un millón de cosas
que no soy,
y otro millón de cosas
que nunca ha sido nadie
así que búscate
tu propio yo
(yo, yo).

Todo, todo,
todo está bien.
Nada, nada,
nada, nada, nada.
Todo, todo,
todo está bien.

Nada, nada,
nada está bien.
Todo, todo,
todo, todo, todo.
Nada, nada,
nada está bien.
Hey.
Bueno ya.

Fuegos artificiales
en mi cabeza,
bosones extraviados
en mi corazón
que se abren paso por la aorta
hacia mi tálamo y gritan
"que se termine
no es que se cerró".
Porque lo oscuro
que hay al centro de todo
tiene una sombra fluorescente
que no soy yo,
tiene un paso de baile
que nunca ha visto nadie,
tiene el sonido
que jamás sonó.

Todo, todo,
todo está bien.
Nada, nada,
nada, nada, nada.
Todo, todo,
todo está bien.

Nada, nada,
nada está bien.
Todo, todo,
todo, todo, todo.
Nada, nada,
nada está bien.
Hey.

Todo, todo,
todo está bien.
Nada, nada,
nada, nada, nada.
Todo, todo,
todo está bien.

Nada, nada,
nada está bien.
Todo, todo,
todo, todo, todo.
Nada, nada,
nada está bien.
Bueno ya.