Trece (Versión Jazz)

No tientes al único casquillo de esta ruleta rusa,
¿Venimos por motivos o el destino es una excusa?
Peleado con mi musa pero para mí nunca es tarde,
te escribo ésta postal desde mi hostal al acostarme,
tráeme suerte: libera mi mente de esas corrientes
de números pendientes, rodeado de serpientes;
riega de autoestima a los míos cuando despierten
y protege las murallas de mi fuerte estando ausente.
Suerte a los de siempre, a los que me enseñan los dientes,
a los que lo sienten cuando se arrepienten;
No quiero más sonrisas que te mienten por el bien de...
ya tengo cada fin de un nuevo fan que me defiende.
Soy un artista alejado de las listas,
cerca del listón, lejos del pisto,
me vuelve triste; infeliz y cada vez más triste,
como cuando sueñas, te enamoras, te despiertas y no existe.
Lejos de tu círculo vicioso, vida arpía,
quiero luz en los asfaltos a los ojos de mi guía,
más sequía, sí, pero no hagas simas en mi vicio,
porque a veces me desquicio y aún escribo con sangría;
marcan ya, las tres y media y no del mediodía,
da igual, mañana un nuevo día, tráeme suerte.
A ésas que me abrieron su coraza, tráeles suerte,
ya no creo en el amor pero querría volver a verte.
Borracho un martes, nací un trece,
ya libé la amarga hiel del desencanto tantas veces...
paso las horas, los días, cuento los meses,
diseñado para el deseo pero nada me apetece,
y es que el cielo hoy tiene un pobre color ocre pero logro
poner de acuerdo al ángel y al diablo sobre mis hombros;
te odio inspiración cuando te fugas con otro,
dejé de rezar, vivo al azar como George Cockroft.
La vida es corta y la suerte es lenta
azarosa fauce que del tiempo se alimenta
y un tiro por la culata puede enviarte a la cuneta,
siempre escondo un amuleto en el fondo de mi maleta.
Y si, si, si, si ... Maldigo a mis rivales;
no ahuyentarán nuestros males ni con talismanes:
aunque el reloj nunca se pare seguiré brindando en bares
por lo que suerte nos depare hasta que la muerte nos separe.