Tarde Buena

Tengo una imagen que se aclara a la luz de la soledad,
ahí estamos los dos.
En la noche en la que te vestías con lujuria de hombredad,
yo perdía mi voz.
Pero vengo hoy con una sed que cada día de mi vida
me cuesta más contener,
y vengo hoy con una fuerza de levante a detallar
cada mañana que lloré un poco más.

Quedan mil retratos que la luna aún no pinta en el mar,
en donde está mi hogar.
Faltan cuentos que quiero crear para mis hijos que vendrán,
por ellos sigo acá.
Y siento que si no aprendí en el momento fue porque
vivir se trata de intentar.
Y creo que más allá de provocar este dolor
tú me enseñaste a amarme un poco más.
Y pienso que si ser humano es permanecer así guardado,
prefiero nunca tener que despertar.

Adiós mi amor,
adiós certeza en el amor.
En la mañana le canto al reloj
que nos ofrezca el afirmante don
de no saber y aún así saber
que todo puede estar mejor.
De no querer y aún así querer
que todo sea mejor.