Tengo que cuidarme

Esta es la primera vez que me enfermo desde que no estás conmigo.
Lo había visto venir,
ya sabía que algo así acentuaría tu ausencia y todavía tengo un otoño,
tengo un invierno por delante,
tengo que cuidarme.
Era un punto a rescatar:
en cualquier enfermedad
recibir tu cariño maternal.
A ti nunca te gustó,
verlo así
Cuando pienso en un amor
resistente a la erosión del viento,
de los años, creo en la transformación
y es una especulación:
la mujer se hace madre de él,
a su vez,
él como es como un papá.
¿Que no ves cómo se van tratando las
parejas viejas, él le dice mami, ella le dice papi?
A ti nunca te gustó esa teoría,
me reía de que a ti no te gustara.
Tu ferviente posición me enternecía.
Y digo más: amiga mía,
vivimos juntos una etapa de inocencia absoluta,
libres del agobio de la muerte.
Amiga mía,
es increíble tanta fuerza
si realmente somos fuertes
renunciando a nuestra compañía.
Éramos los dos, éramos tu y yo,
por un tiempo compartimos una vida.
Éramos los dos, éramos tu y yo,
contra el tiempo en una lucha
compartida. Aunque cuesta, voy camino a la salida.
Tengo que cuidarme, verme las heridas.
Rearmar el puzzle en alguna guarida.
Somos fuertes soportando esta partida.