Mentirosa

Te escribo una mañana nublada,
con la mente jodida, pensando en todo y en nada,
recordando tu perfume y los besos de madrugada
y cuando cierro los ojos aun veo tu puta mirada.

Tu siempre lo arruinabas todo y yo tonto te creía,
me dejaste solo con una mirada vacía,
yo te di el amor que tal vez chica, tu carecías,
hija de puta, de verdad pensé que tu me querías.

Me robaste la inspiración, mi talento y mi desgaste,
te escribí 1000 rolas y ni una sola escuchaste
y siento pena por ti y porque no regresarás
porque sé que alguien que te aguante no encontrarás.

Y hoy puedes irte a la mierda con tu voz y tus mentiras,
con tus celos, con tu cuerpo y con esa mirada fría,
con tus labios, tu sonrisa y olvida mi puto nombre,
te mereces al que tienes, no te mereces a un hombre.

No te mereces mi vida, tampoco felicidad,
no mereces un carajo ni mereces humildad,
lo único que hoy te queda es tu mirada de hormigón
y muchas noches en tu almohada pidiéndome perdón.

Y retomando el tema, chica, yo si te quería,
aguantando reclamos de gente que me decía
que eras mala, que me aleje, que tu nunca fuiste mía
y hoy escucho "te lo dije" con la mirada vacía.

Y no quiero un pinche coro ni estructura en mi canción
solo desahogar la rabia que existe en mi corazón,
no creo que valga la pena si cambiaste tu colchón
mi perfume se quedó impregnado en tu habitación.

Espero que estés contenta niña de mirada fría,
disfruta la puta libertad que tanto me pedías,
disfruta rozar sus sabanas con tu piel de cartón
y que quemen nuestros sueños ese hombre de carbón.

Da por perdido todo, yo ya lo di hace unos días,
prefiero la soledad que un trago de melancolía,
prefiero mi libertad a que me mientas todavía,
chica de cartón, pensé que tu si me querías.

Aunque el pensar se queda en vano en esta realidad,
yo nunca fui un santo pero si te hable con la verdad,
noches con la luz prendida y mañanas de oscuridad,
días con el alma rota y otros días... ¿Qué más da?.

Y ya lo único que me mantiene es el café
y la esperanza rota de que si vas a volver,
la nostalgia del pasado en el que rencarné
y el humo de este cigarro que me mantiene con fe.

El dolor de la mentira tiró ya sus balas,
las mías eran de salva y aun están guardadas
de confiar en esa puta y fría realidad
mientras ella paseaba con otro por la ciudad.

Y no te odio, chica, la verdad es que te aprecio,
tal vez no fue tu culpa, fui yo que no llegué al precio,
perdón por los insultos, la mirada y todo eso,
no es personal pero tenia que sacarlo del pecho.