La vuelta al mundo

Mi silencio pedía auxilio.
Tu frontera era el jamás.
Yo soñaba algún idilio a domicilio
y tú, en tu exilio,
y encontramos algo más.

Dejé mi hogar por tu planeta,
mis planes por lo que vendrá,
mi sillón por tus maletas
y mis metas por tu inquieta
fiebre de irnos más allá.

Me enseñaste
a tener el pensamiento
en movimiento,
como el viento.
Y que es en vano el ave en mano.
Mejor, que sean cientos
volando,
pasando sus plumas de contrabando.
Y que el acento es un invento.

Y que la vida es así,
pero hay lugar para dos.
Y que el futuro es en un instante.
Y que el destino es aquí.
Y que el tiempo es veloz,
pero que siempre está por delante.

(...)

Y que la vida está ahí,
y que hay que irla a buscar.
Y que el futuro es en un segundo.
Y en tu locura caí.
Me fui dejando llevar
por tu sed de dar la vuelta al mundo.

De dar la vuelta al mundo.
La vuelta al mundo.