Salvador en la Plaza del Pan

Había un salvador más común que el agua
más cruel que la verdad
en la sed de la paz
la guerra era su pan
y el fuego su libertad
los niños se agolpaban al oírle cantar
en las batallas era el primero en entrar

Un día reventó las tripas de la ciudad
con hambre imposible de saciar
saqueó las tiendas con un grupo fiel
eran temidos con todo su amor
las gentes murmuraban al verle pasar
y los perros aullaban sin correa ni bozal

Había un salvador en las cenizas del sol
con un cetro y una espada de sal
en la sangre un tambor, en la boca una flor
y en las manos un arsenal
el viento arrullaba su piel con candor
y el cielo bramaba con furia y ardor

El día en que llegó hasta su sombra huyó
era una fiesta verle bailar
con la miel en su voz y espinas en la sien
todos gritaban al verle callar
la masa y la manzana crujían de dolor
cuando marchó hasta el silencio cayó

Había un salvador en los confines del mal
donde una madre al fin no quiso llorar
la tierra se quebró y despertó un animal
con un espasmo y un sigilo brutal