El cadáver de Maxelo Pez

Diez gusanos cobardes escribieron sus memorias en cuadernos amarillos
En ese entonces yo no sabía si hacerles caso o escupir
Llegué hasta el país de las fantasías lúgubres, donde
Todo solía acontecer de atrás hacia adelante
Por lo que me asusté mucho, pero seguí mi rumbo
Hacia tu casa. Me perdí. Caminé cientos de centímetros sin
Saber qué sucedía, pero finalmente llegué a
Comer mis pantalones. No entendí sus razones, a lo que
Respondí gritando: ¡Odio los jueces y los topos!
Fue mi signo máximo de protesta ante las injusticias que
Se realizaban en los calabozos. Por esto alquilé diez mil
Guardias para sacarme de allí. Me sentí como un cóndor en
Pleno vuelo escapando al lugar de donde provenía
Lo vieron pasar hombres de todas las razas, sexos y
Etnias, procurando ser él quien les salvaba la vida



Credits
Writer(s): Maximiliano Zagal
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