Ángeles

Son esas manos, las que rompen la obviedad
Las que cambian tristezas, ahuyentando a soledad
Son esas manos, las causales de alegría
Las mismas por las que no desfallezco con los días
Son esas manos, que han cubierto mi cuerpo
Que me han dado calor, que evitan que esté muerto
Son esas manos, sanadoras del dolor
Esas que juntas rezan para que sea mejor

¿Cuántas veces, protegido, distraído
Cumpliendo con esas metas que ni yo he comprendido?
¿Cuántas veces, alejado, marginado
Por cumplir objetivos que el mundo me ha regalado?

Pero dime
Dime ¿cuántas veces esas manos han sufrido algo que no merecen?
¿Cuántas lágrimas secas que allí desaparecen?
¿Cuántos días perdidos que deseas que regresen?

Vestigios de luz cubiertos de oscuridad
Una cruz impuesta queriendo borrar maldad
Somos seres terrenales olvidando la bondad
Somos bolas de fuego que muy pronto no arderán
Somos el remanente del pariente más cercano
Somos lo que aprendimos del tacto de aquellas manos
Somos ceniza y barro como quieren que creamos
Y tal vez de alguien con suerte un día seremos esas manos
No somos el legado que enseñamos o dejamos
Y ni siquiera somos dueños de aquello que amamos
Solo sé que el tiempo hoy se escapa brevemente
Y sé que de la muerte no seré un sobreviviente

Custodiado por ángeles y aunque pierda la fe
Sé que seré fuerte y que podré vencer
Hoy te llaman ángel, luz del amanecer
Siempre está conmigo aquel se fue