Plástico

El humano está perdido,
en su mano tiene un mundo
por él mismo destruido.
Y a pesar de lo vivido
lo esencial no es especial
y forma parte de su olvido.

Contemplo nuestra torpeza
sabiendo que forma parte de nuestra naturaleza.
El consumo nos abraza;
nuestra fiebre por el oro deteriora nuestra casa.

Somos bichos de ciudad;
cada persona es un virus que no ve la realidad.
Común es la enfermedad
de valorar posesiones y despreciar la humildad.

Los billetes no se comen,
pero compran el veneno que en el mercado nos ponen.
Las semillas ya no crecen
porque nuestra tierra fértil bajo el frío cemento yace.

Me pregunto ¿Qué nos pasa?
La taza de destrucción dentro de nuestra casa no es escasa.
Es que la cortan, la matan, la envasan.
Pero a pesar de todo, lo obtenido nunca alcanza.

El que es corriente se mantiene indiferente,
excusa suficiente para nunca abrir la boca.
Algo evidente para el que es inteligente es que
conciencias hay muchas y gente consciente hay poca.

El ser humano es un iluso,
pide paga a gritos pero paga trabajando como esclavo.
En su mente tiene un intruso:
un ente invisible que lo engaña con placeres y centavos.

De su cultura vive preso
y le reza a Dios, como si Dios supiese como cambiar eso.
Mientras consume en exceso
porque confundió su ambición con tener ansias de progreso.

El hombre bobo sigue plácido
mientras caen sus bosques y transforma
el agua potable en ácido.
Por su comportamiento errático
no va a tener más para comer
que sucias botellas de plástico.

Necesitamos algo mágico;
un entre en razón, mejor visión o un verdadero cambio drástico.
¿Para qué mierda habremos nacido?
Sin nuestra existencia este mundo mucho mejor sé que hubiera sido.

Mucho mejor hubiera sido
sin nuestro ácido, sin nuestro ácido.
Sin las botellas de plástico.
El ser humano en mal, vencido.

Pocos hoy piensan distinto;
muchos por pura razón y otros porque tienen instinto.
No como esos indeseables
que ocultan las medicinas y la energía renovable.

Somos tantas hoy las gentes
que la mayoría cree puras porquerías y cuentos.
No es que seamos tan tontos;
es que los que nos dominan fueron más inteligentes.

No te dejan escaparte
y tu vida es un proceso, ya dejó de ser un Arte.
Si no quieres formar parte
la sociedad te condena a tener ganas de exiliarte.

No es imposible cambiar
pero hay que tomar consciencia antes de salir a comprar.
Y es fundamental pensar
una forma de crecer sin destruir nuestro lugar.

Revolución debería ser nuestro estandarte
en contra de un sistema de desigualdad y muerte.
Que nos funciona, pero nunca nos trae suerte
y pone en tu vida leyes sin siquiera preguntarte.

La culpa es nuestra por crear una cultura
que su tiempo de vida intercambia por papel
en vez de una que derrumbe a esta estructura
que a su Madre Tierra desde siempre le fue infiel.

Infieles...

Los ríos se vuelven ácido
Ah, ah, ah, ácido.
Necesitamos algo mágico.
Un cambio drástico
a esas botellas y el plástico.

Infieles...

Ah, ah, algo mágico.

Infieles...

Sucias botellas de plástico.



Credits
Writer(s): Marcelo Fabián Benítez, Marcos Ivan Mancinelli
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