Cuando Nadie Está

En mi guitarra
busco un verso perdido
mientras los abuelos
cuidan del nieto con mimo.
Suenan campanas,
me embeleso y me olvido
de un mar de cemento
y un enjambre haciendo ruido.
Ojos de gata
alumbrando el camino
y cuando canto
voy dejando un fino hilo
donde se agarran
la memoria y la tierra
para no perderme cuando nieva
en el fondo de mi ser.
No será tan trivial
contemplar la realidad.

Como el cielo en primavera a punto de explotar.
Como un ruido de pisadas en la oscuridad.
Como el duelo de una guerra que hay que recordar.
Como el frío de la almohada cuando nadie está.

Abro las alas
en un juego furtivo:
leer es un acto
que hoy parece subversivo.
Nadie se abraza,
somos ecos lejanos
hay mucha gente y sin embargo
nadie quiere comprender.
Sangre y sal, caminar
sobre el filo de un cristal.

Como el cielo en primavera a punto de explotar.
Como un ruido de pisadas en la oscuridad.
Como el duelo de una guerra que hay que recordar.
Como el frío de la almohada cuando nadie está.

Mientras la temperatura confunde a los insectos,
el Planeta Tierra gira sin rencor,
se alimentan ambiciones, todos quieren ser primeros,
y yo entierro en Alcorisa el corazón
por si van a intentar
controlar mi voluntad.

Como el cielo en primavera a punto de explotar.
Como un ruido de pisadas en la oscuridad.
Como el duelo de una guerra que hay que recordar.
Como el frío de la almohada cuando nadie está.