La alegría

Ella se abre paso entre los lobos
Avanza tímida pero convencida y próspera
Es una mujer largamente negada y sin el prestigio de la Tristeza
Es la última niña de una larga lista de varones
La Ley no la ha creado ella y tampoco los castigos
Observa, con cierta compasión, las querellas y las traiciones que sus
Hermanos inventan
Ella corta el pan y reparte, esquivando las balas que la rozan de un lado y del otro
Está acostumbrada; la humanidad hace siglos sobrevive a la pólvora
Ella sigue apostando a su pacífica presencia
Entra a mi vida con permiso y educación
Yo la he negado, como judas, muchas veces
La ceguera no es ajena a mí
Ella comprende y sabe esperar
Más de una vez lo hizo, sentada en el andén, sin que mi tren se detuviera a recogerla
Bendecidos sean los seres no-rencorosos
De ellos será el reino de los cielos
Almas nobles que viven entre nosotros sin afán de protagonismo
La alegría suele presentarse de la mano de Baco, su compañero de juegos
Juntos pululan por entre las mesas, las alcobas, las escuelas, los hospitales, intentando ser invitados
Muchas veces los confunden con indigentes y le echan agua hirviendo
O llaman a la policía
De la cámara de diputados los echaron a tiros
Ellos no se arredran y salen corriendo entre risas
Desde roma hasta nuestros días han vagado sin rencor
Corderos de dios que quitan el pecado del mundo
No morirán, pues sus almas son eternas
Si los ves pasar, ábreles tu casa, te aportarán mucho y no pedirán nada
Cuando veas a una mujer sola, sentada en el autobús o en un banco de la
Plaza, piensa que puede ser ella
Bastará que le sonrías para que ella sepa que las has descubierto
Al rato sentirás su influjo y el día avanzará contigo en armonía
Créelo. Confía
Si le dejas, la alegría hará el trayecto contigo