Margarita y el Muerto

Después de dos días el muerto resucitó.
Margarita con el luto llorando por su amor.
Velas, muchas flores decoran aun el salón,
Restos del velorio de aquel último adiós.
Y todos preguntaban por qué el muerto murió.
Murió de un exceso, de un exceso de amor.
Murió de un exceso de un exceso de amor.

El día del entierro Margarita vio llegar,
A cinco bellas damas llorando sin parar.
En aquel instante ella supo sin dudar
Que eran sus amantes y ella era una más.
Y desde ese entonces lo maldijo sin cesar.

Ay, ay, ay, que lo vuelvan a enterrar.
Ay, ay, ay, que no se pueda levantar.
Ay, ay, ay, ponga piedras y unos palos,
Echen tierra, agua y barro, que no pueda salir más.

Infidelidad unos le suelen llamar,
Pero otros dicen que es amar en libertad.
Para Margarita eso era traicionar,
Un acto desleal que no podía perdonar.
Por eso cuando el muerto volvió a resucitar,
Ella solo quiso que lo vuelvan a enterrar.
Ella solo quiso que lo vuelvan a enterrar.

Ay, ay, ay, que lo vuelvan a enterrar.
Ay, ay, ay, que no se pueda levantar.
Ay, ay, ay, ponga piedras y unos palos,
Echen tierra, agua y barro, que no pueda salir más.

Ay, ay, ay, que lo vuelvan a enterrar.
Ay, ay, ay, que no se pueda levantar.
Ay, ay, ay, ponga piedras y unos palos,
Echen tierra, agua y barro, que no pueda salir más.

Ay, Margarita, dulce corazón,
Cielos y estrellas claman por tu amor.
En esta vida de contradicción
Unos aman libres y otros con condición.
Unos aman libres y otros con condición.

Ay, ay, ay, que lo vuelvan a enterrar.
Ay, ay, ay, que no se pueda levantar.
Ay, ay, ay, ponga piedras y unos palos,
Echen tierra, agua y barro, que no pueda salir más.

Ay, ay, ay, que lo vuelvan a enterrar.
Ay, ay, ay, que no se pueda levantar.
Ay, ay, ay, ponga piedras y unos palos,
Echen tierra, agua y barro, que no pueda salir más,
Que no se pueda levantar, que lo vuelvan a enterrar.