Poema

Kev Miranda
Para ti, Jesús

Fue tanto que luché por seguir
Lo que se suponía era correcto
Que acabé sin saber dónde ir
Porque las percepciones cambian a cada momento

Buscaba cómo ser aprobado
Aunque fuese con rostro robado
Sabía que no me pertenecía
Y que solo escondía una vida vacía

Hasta que escuché el poema que necesitaba
Como si desde siempre me persiguiera
Era la nota alegre que de niño me buscaba
El te amo que trajo la paz por vez primera
Y aunque no pertenecía me hiciste tuyo
No hubo que fingir, me amaste como era
Fue tan profundo, que en un segundo
Te convertiste en todo lo que mi vida anhela

Te convertiste en todo, ya no me siento solo
Sabiendo que me ves así, de esa manera
¿Acaso hay algo más que mi vida quisiera?
Si me mostraste que pa' mirarte
No hay que esperar saber encajar
Basta descansar y solo pensar
Que ya hubo uno que cumplió los requisitos que yo no cumplía
Perfecto amor infinito que yo no merecía

Hasta que escuché el poema que necesitaba
Como si desde siempre me persiguiera
Era la nota alegre que de niño me buscaba
El te amo que trajo la paz por vez primera
Y aunque no pertenecía me hiciste tuyo
No hubo que fingir, me amaste como era
Fue tan profundo, que en un segundo
Te convertiste en todo lo que mi vida anhela

Era la mañana de un 4 de mayo
Otra vez en mi cabeza escucho lo mucho que fallo
Le mentí a mamá, cambié la iglesia por desear
Las cosas que no valen nada, por eso me fui de allá

Al evento, pa' del regaño estar exento
El alcohol en mi cabeza aún hacía efecto
No imaginé, no pensé lo que me encontré
Ahí estabas, lágrimas cayeron; sé que me buscabas

Me dijiste: "yo te amo sin importar lo que hiciste
Te perdono, así que, no te sientas triste
Y verás que otro amor como este no existe"
Y me dijiste: "yo te amo sin importar lo que hiciste
Te perdono, así que, no te sientas triste
Y verás que otro amor como este no existe"

Hasta que escuché el poema que necesitaba
Como si desde siempre me persiguiera
Era la nota alegre que de niño me buscaba
El te amo que trajo la paz por vez primera
Y aunque no pertenecía me hiciste tuyo
No hubo que fingir, me amaste como era
Fue tan profundo, que en un segundo
Te convertiste en todo lo que mi vida anhela