sin título #3

Recuentos en tardes por la ventana
Mirando el sol recuerdo y pienso
Que hoy ya no estás más
Paraíso no lo encuentro
Si en vos juego, siento y hablan
Mis cariños, en sinceros cuerpos y almas
¿Conocido? no lo creo
Solo rezo y prendo el karma
Me caí al suelo en llamas, partí ramas
Reflejaste el jaque, mataste a mi dama
Respetarme es parte de portar mis barras
Respetarte es arte y darse es magia
Formas sanan (Ey)
El tiempo ahorca
Sueltan sus sogas solo mis compas
Fuerza sube y da oro, no hay compras
Letras cubren, vidas rotas
Reman su bondad, cobran, exploran
El verso y la prosa, posa en textos
Cortan contextos, coima cero
La posta es que me muevo
Por la diosa, por mis perros
Por justicia, un mundo ciego
Entre tinta y cenicero que ayudan a ver
Se turnan la sed, desnudan el ser
Disculpar, crecer

Son los recuerdos que perduran
A pesar del paso del tiempo, el faro
Interno en tiempos muertos inciertos
Atento a las espinas que cuelan
Como freno de mano
Llámense falsos hermanos
O límites impuestos por momentos malos
Practicando el desaprender comienzo
A rearmarme y amarme
Sin tanto en los demás fijarme
No hay franja demasiado grande
Para llegar al siguiente escalón y fiarse
De uno mismo sin depender de nadie
El fraude se asoma elevando
El pensamiento y consciencia
El mundo no es lo que parecía
Ser es la adolescencia
Con tinta negra ordeno ideas
Dándome paciencia, somos lo que
Repetimos mentalmente con frecuencia
Latencia al movimiento
Recordandome siempre a diario
Que lo recorrido es vital
Y claro que nunca ha sido en vano
A pesar de los errores
Garrafales de otros años
Hay valores e ideales
Que han sabido subir peldaños

Nada es en vano subimos peldaños
Barras, sueños, pasos sin atraso
Se deslizan entre el caos
De la vida y de los daños
Años laburando en la poesía
De un legado sin compasión

No hay nada raro en ocasiones ser el raro
Sacando escombros del hombro
Liberando lo poco sano
Soltando el apego me niego a ser ciego
A lo que el mundo me enseño
Sin buscar premio dejo el sello de mi ceño

Ayo ayo ayo
El Natus, Camilo Koden
Sin titulo tres, ya tu lo sabes oye