Prólogo

Dicen que hay que tocar fondo para lograr entender la vida
Muchas veces llegamos a tocarlo
Porque caemos desde la delgada cuerda que hay en el amor
Caemos porque no somos capaces de unir cabeza y corazón
Y siempre dejamos a uno de lado
Sin saber que la vida tiene un equilibrio
Y que la alteración de un factor
Puede ocasionar un verdadero desastre

Este poemario podría ser un diario
Mi diario
La historia de cómo por no hacerle caso a la razón
Una acaba cayendo hasta algo similar al caos
Sin saber hasta dónde va a caer; sin saber a qué aferrarse
Sin saber que habrá al final del abismo

Soy una niña que juega a ser adulta entre las páginas de una vieja libreta
Que le regalaron hace años
Soy la chica morena que odiaba la poesía
Hasta que conoció los versos de Bécquer
Soy aquella adolescente que espera con ansias a la primavera
Para ver si en un descuido me escribes un poema

Llevo tiempo viviendo de ilusiones
Porque la realidad acabó aburriéndome
Y cortándome
Poco a poco las alas
Que me ayudaron a tejer
Y con la que he logrado emprender el vuelo
Y salir a galopar al trote de mis sentimientos

Supongo que esto podría ser una buena introducción a este poemario
Una vía de escape
Quizás de tu realidad
Un salvavidas en mitad de la tormenta
O un simple poemario

Os doy la bienvenida
E intentad no caeros en ese abismo mientras leéis