Prólogo

Aquí estamos, recién llegaditos nomas
Desnudos y limpios
Ansiosos por encastrarnos en el lodo de la historia
Felices por descubrir las huellas que otros rastros y rostros dejaron
Aquí estamos, amasando el dolor que vendrá
Y teniendo como escudo a la alegre rebeldía
Esto hacemos, inventar el final o el principio de algo
Mas nunca trascurrir por transcurrir nomas
A esto hemos venido, a pelearle a la oxidación que nos mandan
A no quedarnos tiesos en el medio del todo
A no quedarnos inmóviles perpetrando la nada
Esto es lo que queremos
Levantar las persianas y levantar las miradas
Romper el aislamiento
Discutir el sentido utilitario de una vida cotidiana
Que se nos muestra como góndola y no como horizonte
Entonces, solo le pido que grite
Si, que grite, que discuta, que rompa
Que dibuje, que interpele y que milite la alegría por fin
Pero por favor, eso sí, no se estanque
No se pudra, no se resigne, no me baje los brazos
No se enfríe, no se congele, no se me quede inmóvil
Mire, haga una cosa, vaya y comience el galope
Y deje que el viento arremolinado le cuente cosas y versos
Luchas y memorias, posibilidades y cuentos
Vaya, hágame caso
Galope escupiendo su timidez primero y su furia después
Verá que no que hay verdugo que se le anime
Ni tormenta maleva que a usted lo pueda
Vaya, anímese, busque, salte los alambrados
Y gane esa tierra ancestral que nada sabe de divisiones
De arrendamientos, de parcelas y de dueños
Vaya, cruce al galope montando su furia
Y vera que cuando los limites se borren
Y los alambrados se derritan el cielo
Y la tierra se darán la mano
Se contaran chismes y comienzos y entonces ahí
Justo ahí, usted será los ojos que miren y las manos que sientan
Y además de todo, será música
Sobre todo, música