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Tú, que te ilusionas con un nudo
en un segundo heriste al mudo
abriste rumbo, retaste al mundo incluso

Con tu amor borraste el humo, hiciste ruido
ahorraste algún apuro al que no pudo, diamante en bruto
Yo te aseguro no impoluto que en lo más oscuro
no te dudo y que prometo que tu voz no quede en luto

Y es que no podemos ver
que detrás de cada princesa, cada doncella
hay una guerrera, que también lucha por ella
Y aunque es bella, (No)
sabe que esa no es su estrella y se aferra con fuerza
a lo que más anhela: seguir su huella, seguir la estela
Y aunque no dependa de ella
y sepa lo que el mundo conlleva
prefiere perder y dejar mella
Que consumirse en la impotencia
y verter su paciencia en el miedo de ser ausencia

Y deberíamos parar un minuto más
para pensar que la metáfora va más allá
Reflexionar, no dejar azar por hablar
por poder trazar una fina línea vertical

Y deberíamos parar un minuto más
para pensar que la metáfora va más allá
Que, si dejamos de mentir y dejar vivir
podremos salir al fin y corregir

Un minuto en el que escucho
en que tu voz, no, no queda en luto
Un minuto en el que escucho
en que procuro rendirte culto

Un minuto en el que escucho
en que tu voz, no, no queda en luto
Un minuto en el que escucho
en que procuro rendirte culto

(Un minuto en el que escucho)
(No, en que tu voz, no, no queda en luto)