Sin Despedida

Estoy triste
Porque una chavita me dio una carta de despedida
Y sin despedirse
Estoy triste
Esa chava nunca me quiso más de lo que la quise
Y tuvo que irse

Estoy triste
Porque una chavita me dio una carta de despedida
Y sin despedirse
Estoy triste
Si la chava nunca me quiso más de lo que la quise
Y tuvo que irse

Ya no sonrío a la mañana (no)
Debe ser amor por la mexicana (yeah)
Le traje mariachi cantándole a su ventana
Creo que no me ama (ay)
Se olvidó de esa casita que soñamos los dos juntos en Tijuana

Ahora me siento como narco, escapando de tu amor
Ya se hundió el barco (seh)
Fuimos felices esa tarde con los tacos (ay, ay)
Chamaquita, como yo no hay otro vato (yao)
Pero tú ya me perdiste, me trataste como a un naco (ay)

Chamaquita, chamaquita, chamaquita, yeh
Aunque el final fue malo, lo bueno nunca se quita

En la tierra del tequila (brrrr, ah)
Hasta vago por las noches cual Katrina (wuh)
Esa chavita se largó sin despedida (ay, uh)
Por más que trato de olvidarte y no pensarte
Este dolor no se destila, mi vida

Estoy triste
Porque una chavita me dio una carta de despedida
Y sin despedirse
Estoy triste
Si la chava nunca me quiso más de lo que la quise
Y tuvo que irse

Dime como a Dios le pido que todo lo sane
Que llame a Cupido, que al final pasó lo que siempre he temido (ay)
Que soñaba con tenerte y nunca te he tenido
Que no quería perderte y te he perdido

Espero que te vaya bien la vida, que esté tranquila
Que con el tiempo todo se asimila
Yo estaré contando las estrellas bajo el manto de la noche con mi perro y la botella de tequila

Que difícil va la vida, vida mía
No teniendo esa persona que me guía
Anoche yo soñé que me moría
Viviendo más de noche que de día

Y por eso acabé escribiéndote esta canción (por eso acabé escribiendo)
Porque yo no olvido (porque yo no olvido)
El amor prohibido
(Díselo)

Estoy triste (wuh, wuh)
Porque una chavita me dio una carta de despedida (me la dio, me la dio)
Y sin despedirse
Estoy triste (estoy triste)
Si la chava nunca me quiso más de lo que la quise
Y tuvo que irse