POEMA A LAS DUEÑA DE CASA

Hay una mujer señores,
Que siempre está a nuestro lado
Que poeta y escritores, creo
Que la han olvidado

Y aunque nunca la han nombrao'
Hoy, yo le quiero cantar
A la del hogar modesto,
A esa dueña de hogar,

La que nunca tuvo acceso,
A una fiesta en su ciudad
La que nunca usó una joya,
Ni menos, tuvo un empleada

La que de ni noche descansa,
Porque a veces se desvela
Pa' mandar al otro día,
Sus cabros chico' a la escuela,

La que al pintar la mañana,
Se levanta tempranito,
Y le lleva su tecito
A los niños a la cama,
Luego los viste, los peina,
La escobillita les pasa,
Sin duda que esa es la reina,
Que existe allí dentro de casa,

Esa,
Esa sin ser empleada,
Lo hace todo en el hogar,
Ella plancha, cose, lava
Y tiene que cocinar,
Y a veces que no tenemos,
Pa' atajar en el panadero,
Inventa o hace milagros,
Pa' hacernos cualquier puchero,

Y cuantas veces señores,
Ha tenio' que trabajar,
Hasta que nos afirmemos,
Cuando nos ha ido mal,
Cuando andamos por ahí lejos,
En el cerro o en la mar,
Vive contando las horas,
Hasta vernos regresar,

Esa,
Esa jamás cobró un peso,
Creó que hasta nos bendice,
se conforma con un beso,
Y vernos reír felices,
Si no para la patita, Oiga,
Ya que tiene que barrer,
Que tiene que hacer las camas,
La ropa limpia pa' el viejo
Que llegó el fin de semana,
Que tiene ir a la escuela,
Le llegó una citación,
O la llaman de la junta,
A prestar cooperación,
Y en muchos de los hogares,
Que la desgracia hizo presa,
Ella redobló sus fuerzas,
Para hacer de padre y madre,

Por su lucha, por su esmero,
Los sufrimientos que pasa,
Mi homenaje más sincero,
Pa' to'as las dueña de casa.