Silente

Que tal un silencio recio, poderoso
Uno que me reprenda cuando empiece
A hacerle caras a lo ruidoso
Que se sostenga
Que no lo tumben de sus ramas
Ni con dardos venenosos
Que me amoneste si es que empiezo
De llorón, pataletudo y quejumbroso
Que tal un silencio
Férreo, compacto
De esos que no rechiflan la función del más
Terriblemente desafortunado acto
Intacto, inamovible ante los impactos
Que no le arrugue la naríz en mueca
A lo podrido, lo putrefacto
Exacto, un buen silencio
Sólido y robusto
Que me pegue el cocotazo y me enderece
Si es que acaso me desajusto
Que me acompañe en los largos
Tragos amargos que a veces degusto
Y que borrachos dejemos olvidadas las llaves
Y las etiquetas de lo disque justo
Busco un silencio firme, corpulento
Que perdone con paciencia
Mis seguros, futuros, fallidos intentos
Que atento me ayude a esquivar
Los ganchos y los jabs de lo que enfrento
Que me quite
La maquinita con la que manufacturo
Mi propio sufrimiento
Ssssh! Silente
Ssssh! Silente
Sí, qué tal un silencio
Poderoso, potente
Que frente a la corriente que sea
Siga nadando indiferente
Que retrase contundente
La imprudente voz de mi ego impertinente
Que ante la adicción a la confrontación
Se calle sonriente
Que tal un silencio
Preciso, certero
Que esconda tranquilo aquella conversación
Sobre el sexo y el dinero
Que como brisa en la cara
Me haga más ligero el sendero
Uno que me recuerde que quizás
Es hoy ese hermoso día en el que muero
Un silencio virtuoso
Con ingenioso sentido del humor
Que me contagie su risa cuando idiota le hable
De cómo todo podría ser mejor
De cómo despaché al señor
Para tomar su lugar creyéndome salvador
Que me devuelva a carcajadas
A mi vip de espectador, sí señor
Un silencio resistente, paciente
Es lo que más anhelo
Que me saque de las barras bravas
Que enfrentan al cielo contra el suelo
Porque uno de los buenos sabores
Es precisamente ese salado caramelo
Y a este perro callejero
Ya no lo mete en duelo
Un insípido debate en celo
Ssssh! Silente
Ssssh! Silente
Te espera la tribu y su fogata
Donde los ojos se miran
Y las voces son escuchadas
Te espera la tribu y su fogata
Donde el silencio es tan hermoso
Como lo son las palabras