Fábula Para Gardel
Ayer me preguntaste, hijito mío
Por primera vez, ¿quién es ese Gardel, ese fantasma
Tan arisco, empecinado con seguir guardado
En la cueva con asma de su disco polvoriento?
Lo que yo sé, te lo cuento
A veces, cuando te has dormido
Las noches en que hay pena llena
Se aparece ese escondido duende
Medio juglar y medio loco
Para matear con tu padre
Y conversar un poco
Ah, si lo pudieras ver
Con su sencilla elegancia fantasmera
A saber, en una chalina ligera
De plumas de torcaza sola
Sus hombros arrebuja
El traje es de cuerdas de guitarras españolas
Que alguna bruja ñata y hippie le ha tejido
La corbata es de claveles encendidos
Para abrigar los cascabeles de su voz
Y dos zapatos, muy de peregrino
Que no son zapatos, sino que son caminos
¿Qué en dónde nació?
Hijo mío, ¡qué se yo!
De acuerdo a lo que el mismo me ha contado
Parece que nació trepado a una veleta niña
Que apuntaba al Sur y que un poeta
Y un gallito de riña y un augur
Le enseñaron a vivir y a sonreír
Será por eso que salió un poco travieso
¿Viste?, como vos y como yo, un cachito triste
Su sonrisa, hijo, es una pícara y honda y rara
Raya de tiza iluminada con luz
De la otra cara de la luna
Y canta, canta
Canta con su voz de siete gritos
Pero canta, siempre, con ese humilde modo
De quien tiene, por sabio, en la garganta
Dos ojitos que han visto, ya, del hombre, todo, todo
Su canto, te diría que parece un claro aljibe
En donde crecen los tangos pibes
Que no se cantaron, todavía
Y, también, aquellos tangos que ya fueron
Esos que escriben, en el paragolpes de su camión
Los camioneros del Cerro y de Constitución
Después, al alba ya, a las cinco en punto
Se me va, se va
Y, tal vez, en su forma melancólica de irse
Se adivina, un cacho, que ese duende, tan muchacho
Entiende mucho de un asunto
Muy sumamente serio, que es morirse
Ayer me preguntaste, hijito mío
Por primera vez, ¿quién es ese Carlitos, ese fantasma
Tan arisco, empecinado con seguir guardado
En la cueva con asma de su disco?
Y entonces te conté cuanto sabía
Mas hoy, mirándote, pensándote
Besándote, sé un poco más
Y es que el hijo del hijo de tu hijo, un día
Un día de junio soleado, frío y seco
Que vendrá, lo mismo que vos
Preguntará por él
Y una caliente zafra de ecos
Ecos de la voz de nuestra gente
Ecos de tu voz chiquito y de la mía
Inexorablemente, contestará
Gardel, Gardel, Gardel
Por primera vez, ¿quién es ese Gardel, ese fantasma
Tan arisco, empecinado con seguir guardado
En la cueva con asma de su disco polvoriento?
Lo que yo sé, te lo cuento
A veces, cuando te has dormido
Las noches en que hay pena llena
Se aparece ese escondido duende
Medio juglar y medio loco
Para matear con tu padre
Y conversar un poco
Ah, si lo pudieras ver
Con su sencilla elegancia fantasmera
A saber, en una chalina ligera
De plumas de torcaza sola
Sus hombros arrebuja
El traje es de cuerdas de guitarras españolas
Que alguna bruja ñata y hippie le ha tejido
La corbata es de claveles encendidos
Para abrigar los cascabeles de su voz
Y dos zapatos, muy de peregrino
Que no son zapatos, sino que son caminos
¿Qué en dónde nació?
Hijo mío, ¡qué se yo!
De acuerdo a lo que el mismo me ha contado
Parece que nació trepado a una veleta niña
Que apuntaba al Sur y que un poeta
Y un gallito de riña y un augur
Le enseñaron a vivir y a sonreír
Será por eso que salió un poco travieso
¿Viste?, como vos y como yo, un cachito triste
Su sonrisa, hijo, es una pícara y honda y rara
Raya de tiza iluminada con luz
De la otra cara de la luna
Y canta, canta
Canta con su voz de siete gritos
Pero canta, siempre, con ese humilde modo
De quien tiene, por sabio, en la garganta
Dos ojitos que han visto, ya, del hombre, todo, todo
Su canto, te diría que parece un claro aljibe
En donde crecen los tangos pibes
Que no se cantaron, todavía
Y, también, aquellos tangos que ya fueron
Esos que escriben, en el paragolpes de su camión
Los camioneros del Cerro y de Constitución
Después, al alba ya, a las cinco en punto
Se me va, se va
Y, tal vez, en su forma melancólica de irse
Se adivina, un cacho, que ese duende, tan muchacho
Entiende mucho de un asunto
Muy sumamente serio, que es morirse
Ayer me preguntaste, hijito mío
Por primera vez, ¿quién es ese Carlitos, ese fantasma
Tan arisco, empecinado con seguir guardado
En la cueva con asma de su disco?
Y entonces te conté cuanto sabía
Mas hoy, mirándote, pensándote
Besándote, sé un poco más
Y es que el hijo del hijo de tu hijo, un día
Un día de junio soleado, frío y seco
Que vendrá, lo mismo que vos
Preguntará por él
Y una caliente zafra de ecos
Ecos de la voz de nuestra gente
Ecos de tu voz chiquito y de la mía
Inexorablemente, contestará
Gardel, Gardel, Gardel
Credits
Writer(s): Astor Piazzolla
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