Caperucita Roja
Caperucita Roja
Erase una vez una niña a la que todos llamaban Caperucita roja
porque su abuelita, que la quería mucho,
le había regalado una caperuza de terciopelo rojo
casi siempre llevaba esa caperuza
y por eso la llamaban Caperucita roja.
Un día de vacaciones, su madre la llamó y le dijo:
Ya sabes que hace un tiempo que la abuelita no se encuentra muy bien
hecho unos pastelitos para ella y están en la cestita
también hay mantequilla, huevos y queso
¿Quieres llevarle la cestita a la abuelita?
Caperucita estaba encantada porque le gustaba mucho visitar a su abuelita
Su madre añadió:
Pero cuando entres en el bosque camina solamente por el camino y no a través del bosque.
Caperucita le prometió que así lo haría
cogió la cestita, se puso la capa roja y se marchó
Para ir a la casa de su abuelita desde su casa tenía que andar bastante
al menos por el camino porque si iba a través del bosque era más corto
pero eso no lo iba a hacer porque se lo había prometido a su mama
pero Caperucita pensó que a su madre no le disgustaría si cogía unas flores para la abuelita,
las flores sólo estaban a unos metros del camino,
miro alrededor y fue hacia las flores
y cuando quería cogerlas oyó una voz detrás de ella:
¡Mira! ¿No es Caperucita Roja? ¡Hola Caperucita!
Caperucita miró y vio al lobo, ella no sabía que el lobo era un animal muy peligroso y le dijo:
¡Hola Lobo!
Qué cestita tan bonita llevas, ¿que llevas dentro?
Pastel, mantequilla, queso y huevos.
Ah, y ¿a dónde los llevas?
A mi abuelita está enferma y con esto se pondrá mejor.
Es muy bonito que las niñas cuiden a sus abuelitas y ¿vive tu abuelita en el bosque?
Si claro, un poco más lejos, una hora andando todavia creo yo.
Caperucita había cogido las flores, regresó a la senda del bosque
y siguió su camino hacia la casa de su abuelita,
pero el lobo sabía como llegar a la casa de la abuelita de Caperucita a través del bosque
y le apetecía mucho dos bocados exquisitos: Caperucita y su abuelita,
y por tanto se apresuró por el bosque para llegar primero a la casa de la abuelita,
cuando llego llamo a la puerta
y la abuelita le respondió:
¿Quién es?
El lobo cambió su voz y contestó:
Soy Caperucita, vengo a traerte una cestita con pasteles, mantequilla, queso y huevos.
Ah eres tu Caperucita, tira de la cuerda y la puerta se abrirá
El lobo encontró la cuerda y abrió la puerta
entró con cuidado, abrió la puerta del dormitorio de la abuelita y miró,
la abuelita de Caperucita estaba en la cama, con un poderoso salto se lanzó a la cama
y se comió la viejecita
Después, se puso el camisón de la abuelita y su gorra de dormir y se metió en la cama
todo esto sucedió mientras Caperucita estaba todavía de camino
cantando suavemente iba saltando por el camino del bosque
y un cuarto de hora después llegó a la casita
Caperucita sabía cómo podía entrar,
tiró de la cuerda y la puerta se abrió. Después dijo:
¡Hola abuelita! Soy yo Caperucita, mama ha hecho pasteles para ti
y tambien te traigo mantequilla, queso y huevos.
Pero la abuelita no respondía
Caperucita se dirigió a la habitación de su abuelita
abrió la puerta y miró
Ahí estaba su abuelita en la cama
con su gorro de dormir cubriendo la cara, parecía dormida,
a Caperucita le pareció un poco extraño pero se acercó
Ahora pudo ver la cara de la abuelita y se asustó un poco, dijo:
Abuelita ¡qué orejas tan grandes tienes!
El lobo miró con un ojo a medio abrir a Caperucita y le dijo, cambiando la voz:
Si, son para oírte mejor.
El lobo no podía quitar la vista de un bocado tan apetitoso y abrió los dos ojos,
Caperucita se volvió a asustar
Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!
Si, son para verte mejor.
Entonces Caperucita vio los dientes brillantes y la boca del lobo y gritó:
Y abuelita, ¡qué dientes tan grandes tienes!
Si, son para comerte mejor
Rugió el lobo que saltó de la cama cogió la niña y se la comió
El lobo había comido tanto que se durmió
volvió a meterse en la cama y se durmió profundamente
y roncaba tanto que los árboles de alrededor de la casa temblaban.
Cuando aquella tarde pasó cerca de la casa el Cazador
empezó a preocuparse porque conocía muy bien a la abuelita de Caperucita
y nunca la había oído roncar de aquella manera,
para asegurarse fue a mirar y para su sorpresa
no vio en la cama a la abuelita, sino al lobo
cogió su rifle y cuando estaba a punto de dispararle no lo hizo
pues en el último momento pensó que el malvado lobo podía haberse comido a la abuelita de Caperucita
Cogió un cuchillo y abrió con cuidado la tripa del lobo
Cuando el corte era bastante grande salió Caperucita
y al hacer un corte más grande salió también su abuelita
se alegraron mucho de que el cazador las hubiera salvado, Caperucita le dijo:
Creo que nunca había tenido tanto miedo
Yo tampoco, en la tripa del lobo estaba muy oscuro
El cazador cogió unas piedras y las metió en la tripa del lobo,
después la abuelita cogió una aguja e hilo y la cosió a la tripa, cuando terminó dijo:
Ya veremos si ese animal todavía puede hacer algo.
Y entonces se sentaron silenciosamente en el recibidor para esperar a que el lobo se despertara
no tuvieron que esperar mucho tiempo
porque después de unos minutos el lobo se despertó
bostezo, se desperezó y dijo para sí:
Uy uy, como me duele la tripa. Claro he comido demasiado
Y qué sed que tengo, primero tengo que beber un poco
El lobo se levantó con dificultad de la cama
y salió tropezando afuera para llegar al riachuelo,
cuando llegó allí se agachó para beber,
pero no pudo porque por el peso de las piedras que tenía en la tripa
se cayó al agua y se ahogó.
Caperucita todavía fue a visitar a su abuelita muchas veces
y aunque ahora ya no había en el bosque
ningún lobo malvado que pudiera hacerle daño
no salía del camino del bosque, porque nunca se sabe.
Erase una vez una niña a la que todos llamaban Caperucita roja
porque su abuelita, que la quería mucho,
le había regalado una caperuza de terciopelo rojo
casi siempre llevaba esa caperuza
y por eso la llamaban Caperucita roja.
Un día de vacaciones, su madre la llamó y le dijo:
Ya sabes que hace un tiempo que la abuelita no se encuentra muy bien
hecho unos pastelitos para ella y están en la cestita
también hay mantequilla, huevos y queso
¿Quieres llevarle la cestita a la abuelita?
Caperucita estaba encantada porque le gustaba mucho visitar a su abuelita
Su madre añadió:
Pero cuando entres en el bosque camina solamente por el camino y no a través del bosque.
Caperucita le prometió que así lo haría
cogió la cestita, se puso la capa roja y se marchó
Para ir a la casa de su abuelita desde su casa tenía que andar bastante
al menos por el camino porque si iba a través del bosque era más corto
pero eso no lo iba a hacer porque se lo había prometido a su mama
pero Caperucita pensó que a su madre no le disgustaría si cogía unas flores para la abuelita,
las flores sólo estaban a unos metros del camino,
miro alrededor y fue hacia las flores
y cuando quería cogerlas oyó una voz detrás de ella:
¡Mira! ¿No es Caperucita Roja? ¡Hola Caperucita!
Caperucita miró y vio al lobo, ella no sabía que el lobo era un animal muy peligroso y le dijo:
¡Hola Lobo!
Qué cestita tan bonita llevas, ¿que llevas dentro?
Pastel, mantequilla, queso y huevos.
Ah, y ¿a dónde los llevas?
A mi abuelita está enferma y con esto se pondrá mejor.
Es muy bonito que las niñas cuiden a sus abuelitas y ¿vive tu abuelita en el bosque?
Si claro, un poco más lejos, una hora andando todavia creo yo.
Caperucita había cogido las flores, regresó a la senda del bosque
y siguió su camino hacia la casa de su abuelita,
pero el lobo sabía como llegar a la casa de la abuelita de Caperucita a través del bosque
y le apetecía mucho dos bocados exquisitos: Caperucita y su abuelita,
y por tanto se apresuró por el bosque para llegar primero a la casa de la abuelita,
cuando llego llamo a la puerta
y la abuelita le respondió:
¿Quién es?
El lobo cambió su voz y contestó:
Soy Caperucita, vengo a traerte una cestita con pasteles, mantequilla, queso y huevos.
Ah eres tu Caperucita, tira de la cuerda y la puerta se abrirá
El lobo encontró la cuerda y abrió la puerta
entró con cuidado, abrió la puerta del dormitorio de la abuelita y miró,
la abuelita de Caperucita estaba en la cama, con un poderoso salto se lanzó a la cama
y se comió la viejecita
Después, se puso el camisón de la abuelita y su gorra de dormir y se metió en la cama
todo esto sucedió mientras Caperucita estaba todavía de camino
cantando suavemente iba saltando por el camino del bosque
y un cuarto de hora después llegó a la casita
Caperucita sabía cómo podía entrar,
tiró de la cuerda y la puerta se abrió. Después dijo:
¡Hola abuelita! Soy yo Caperucita, mama ha hecho pasteles para ti
y tambien te traigo mantequilla, queso y huevos.
Pero la abuelita no respondía
Caperucita se dirigió a la habitación de su abuelita
abrió la puerta y miró
Ahí estaba su abuelita en la cama
con su gorro de dormir cubriendo la cara, parecía dormida,
a Caperucita le pareció un poco extraño pero se acercó
Ahora pudo ver la cara de la abuelita y se asustó un poco, dijo:
Abuelita ¡qué orejas tan grandes tienes!
El lobo miró con un ojo a medio abrir a Caperucita y le dijo, cambiando la voz:
Si, son para oírte mejor.
El lobo no podía quitar la vista de un bocado tan apetitoso y abrió los dos ojos,
Caperucita se volvió a asustar
Abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes!
Si, son para verte mejor.
Entonces Caperucita vio los dientes brillantes y la boca del lobo y gritó:
Y abuelita, ¡qué dientes tan grandes tienes!
Si, son para comerte mejor
Rugió el lobo que saltó de la cama cogió la niña y se la comió
El lobo había comido tanto que se durmió
volvió a meterse en la cama y se durmió profundamente
y roncaba tanto que los árboles de alrededor de la casa temblaban.
Cuando aquella tarde pasó cerca de la casa el Cazador
empezó a preocuparse porque conocía muy bien a la abuelita de Caperucita
y nunca la había oído roncar de aquella manera,
para asegurarse fue a mirar y para su sorpresa
no vio en la cama a la abuelita, sino al lobo
cogió su rifle y cuando estaba a punto de dispararle no lo hizo
pues en el último momento pensó que el malvado lobo podía haberse comido a la abuelita de Caperucita
Cogió un cuchillo y abrió con cuidado la tripa del lobo
Cuando el corte era bastante grande salió Caperucita
y al hacer un corte más grande salió también su abuelita
se alegraron mucho de que el cazador las hubiera salvado, Caperucita le dijo:
Creo que nunca había tenido tanto miedo
Yo tampoco, en la tripa del lobo estaba muy oscuro
El cazador cogió unas piedras y las metió en la tripa del lobo,
después la abuelita cogió una aguja e hilo y la cosió a la tripa, cuando terminó dijo:
Ya veremos si ese animal todavía puede hacer algo.
Y entonces se sentaron silenciosamente en el recibidor para esperar a que el lobo se despertara
no tuvieron que esperar mucho tiempo
porque después de unos minutos el lobo se despertó
bostezo, se desperezó y dijo para sí:
Uy uy, como me duele la tripa. Claro he comido demasiado
Y qué sed que tengo, primero tengo que beber un poco
El lobo se levantó con dificultad de la cama
y salió tropezando afuera para llegar al riachuelo,
cuando llegó allí se agachó para beber,
pero no pudo porque por el peso de las piedras que tenía en la tripa
se cayó al agua y se ahogó.
Caperucita todavía fue a visitar a su abuelita muchas veces
y aunque ahora ya no había en el bosque
ningún lobo malvado que pudiera hacerle daño
no salía del camino del bosque, porque nunca se sabe.
Credits
Writer(s): Basile Fattal
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