Abril

Sentada ante la puerta
esperando ver llegar la primavera,
escalando en tu pasado,
archivando el historial de tus caderas.
Fueron tardes de llorar en el balcón,
de ponerle un nuevo rostro al corazón,
de sacar a pasear a tu dolor.
Cantándole a mis dudas,
desnudando cicatrices en penumbra,
haciendo polvo al miedo,
a golpe de insistir terminé viendo
que la vida iba en serio
y que el amor fue un juguete roto en mi colchón
castigando sin recreo a la ilusión.
Mudándonos de piel,
haciendo un puzle con los días sin vernos,
con ganas de un después
que ardiera y descongelara el tiempo.
Y una noche después de un concierto,
tu pelo fue verano en pleno invierno.
Jugando tu papel,
mintiéndome aún sabiendo que era cierto,
esquivando mis intentos,
las ganas de temblar frenando en seco.
Le pusiste el cinturón a la pasión,
era imposible un accidente entre los dos.
Fue noviembre bajo el edredón.
Con las pilas agotadas
yo buscaba cobertura en tus palabras.
Gasté todas mis balas disparándole verdades a tu alma.
Dejaste entre los dos migas de pan
y las huellas de un amor sin usar.
Levanté una catedral con un quizás.
Mudándonos de piel,
haciendo un puzle con los días sin vernos,
con ganas de un después
que ardiera y descongelara el tiempo.
Y una noche después de un concierto.
Hoy estoy lleno de ti
y nos separan dos horas de vuelo.
Tus manos son mi país
y en tu boca hay un futuro perfecto.
Ahora soy más feliz
y abril me pregunta por ti.