Manuela la Loca

Era que en su mente transtornada
las ideas rebotaban
y reía sin razón,
Era que se andaba emborrachando
con las mieles de las flores
que comía en el panteón,
Era que bailaba por las noches
estrallandose entre sombras
hijas de su desazón,
Y era que asustaba a los niños
con sus muecas y sus grillos

Pequeño mío que estarás en calma,
estas dormido pero aquí en mi alma
Pequeño mío que estarás en calma,
estas dormido pero aquí en mi alma.

Dicen que estaba esperando un hijo
y que apretaba un crucifijo
cuando lo empezó a parir,
Dicen que nació con luna llena
pero con tan mala estrella
Dios no lo dejó vivir.
Dicen que Manuela era muy bella
y que no estaba transtornada
pero que empezó a decir:
¡Quiero que me devuelvan a mi hijo!,
y que apretaba el crucifijo
y que se echaba a reir.

Siempre cuando amanece el día
a Manuela se le mira caminar y caminar
Siempre abrazada a un muñeco
que compro para su hijo
que esa tarde fué a enterrar.
Siempre con un nudo en la garganta
su muñeco que amamanta
y que ella cree oir llorar.
Siempre con la luna se levanta
y esta canción de cuna
a su hijo va a cantar:

Pequeño mío que estarás en calma,
estas dormido pero aquí en mi alma
Pequeño mío que estarás en calma,
estas dormido pero aquí en mi alma.

Sola desde que murió su hijo
la Manuela no ha salido
del panteón de la ciudad,
Sola cada cinco de noviembre
compra velas de cumpleaños
para a su hijo festejar.
Sola con aquella tumba abierta
su hijo que no despierta
se oye a Manuela cantar.
Sola con su noche y su penumbra
y aquella vela en la tumba
su incoherncia y su arrullar.

Pequeño mío que estarás en calma,
estas dormido pero aquí en mi alma
Pequeño mío que estarás en calma,
estas dormido pero aquí en mi alma.