Las Suculentas

Para conocerlas, hay que recorrerlas
Es indispensable no sentir temor
Es recomendable no guardar rencor

Para enamorarlas, nada de halagarlas
Solo es necesario desobedecer
Y a otros compromisos desobedecer

Para someterlas, solo acariciarlas
Toca sus espinas, si las imaginas, es mucho mejor

Todos los que amamos a las suculentas
Nos acaloramos y ellas tan contentas
No nos necesitan ni pa' los mandados
No prueban bocado
Lo soportan todo con resignación

La doctora Bravo
Sabe ser amiga de los candelabros, y de los teteches
Órganos gigantes, reinas de la noche
Nopal de lengüita, pitayo de mayo
Qué flor tan bonita, creo que me desmayo

Descubrió la chende que lleva su nombre
Planta arborescente de rama abundante
Tronco definido, leñoso grisáceo
Siete, ocho costillas de arista ondulante
Espinas tortuosas, areolas distantes

Sus flores son diurnas y son perfumadas
En el perinato son oblanceoladas
Su fruto globoso, semilla encorvada
Con sus puntuaciones y reticuladas

La doctora Bravo, Delia Bravoa Chende
Todas las cactáceas y las suculentas gozan de su amor
Larrea Tridentada o gobernadora que, de los peyotes es la protectora
La rotundifolia y la mammillaris, pseudoco phantas
Los echinocactus y las jacamatracas

La doctora Bra-vo, bra-vo, bra-vo, bra-vo, bra-vo, bra-vo
Supo conocerlas, supo alimentarlas
Y las suculentas, como recompensa, le dieron
El jugo que guarda el secreto de la juventud



Credits
Writer(s): Liliana Gloria Maria Felipe Lopez, Laura Maria Jesus Rodriguez
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