Los Amantes de Córdoba

Café en La Madrileña
Enero, enero de aquel tiempo de tantos recuerdos hermosos
Y pienso, donde quiera que estés, y con quien estés
Algo de mí te subirá a los ojos
Recorrerá tu alma, y secará en tu boca la palabra o el engaño de decir

Ah, lo que a mí me dirías
Lo que a mí me dirías, porque yo te enseñé a sentir
A soñar, a desear
Y, por qué no, a sufrir
Y, por qué no, a sufrir
Del amor su condena

Cuando en Córdoba la luz
Baña el cielo con su azul
Yo imagino que aún estás
En la bruma del ayer

Con los versos que escribí
Solamente por vencer
Tus caprichos de mujer
Tu inocencia y tu desdén

Yo te amé ayer, hoy
Mañana, siempre
¿Cómo pretendes borrar con llanto y lluvia
Lo que la noche y la luna nos cediera?
¿Quién más testigos que el mundo que giraba?

Una guitarra
Una guitarra que siempre te recuerda y
Y un corazón que nunca ha de olvidarte
Aunque golpee el olvido ante su puerta

Y un día (ámame)
Un día he prenderle fuego a mis poemas (ámame)
Y el fuego ha de aventar cenizas
De aquellas canciones que yo escribí por ti y para ti (ámame)

Y esas cenizas (un poco más)
Esas cenizas te dirán que te amo (ámame)
Que te amo a pesar del invierno
Que está cercando a mi juventud (ámame)

Y mi orgullo, sí (ámame)
Mi orgullo porque siento que se van los días
Y se marchitan las flores, y no (un poco más)
No, no quiero que el recuerdo de este amor hermoso se apague (ámame)

Como la luna en el mar (ámame)
Como las mariposas en la sombra
Como el rocío en la niebla y (ámame)
Como el otoño en el vino de la angustia y la tristeza (un poco más)

Ámame
Ámame, aunque sea lo último en el mundo (ámame)
Ámame, ámame, aunque sea el último amante de la tierra (ámame)
Ámame, ámame (ámame)
Ámame
Un poco más

Ámame
Ámame
Ámame
Un poco más

Quédate
Quédate
Y quédate
Un poco más