Alarido

ALARIDO

No me digas cositas,
que no quiero oírte, no seas tan mala.
Por favor, no me digas
que sueñas conmigo, que a veces me extrañas,
no me digas que tú me querías,
no me digas que no lo notabas,
que te buscaba a tientas por todos los rincones
y tú nunca estabas.

Por favor, no me digas
que la vida pega muchas vueltas,
y que debo llevarte en mi mente
junto a la esperanza de que un día vuelvas.
no me digas que tú me querías,
no me digas que no lo notabas,
que te buscaba a tientas por todos los rincones
y tú nunca estabas,
y tú nunca estabas...

Más que harto, ya, de amores pasajeros,
que siempre dejan huella, que nunca tienen frenos;
soy el leño que le da vidilla al fuego,
voy a quemarlo todo, avisa a los bomberos.

Tú te acercas, yo me escapo;
tú te marchas, yo te espero;
tú me faltas, yo te extraño
y otra hostia contra el suelo.

Déjalo, que me estoy volviendo loco y no sé qué será peor,
si olvidarte o recordarte sin saber qué pinto yo
en los sueños de la musa que incendió mi corazón;
llenó de tinta el tintero que volqué en cada canción.

Cuando tú me lo pediste, me porté como un señor;
cuando estaba un poco triste, no se enteraba ni Dios;
y ahora que vienes pidiendo un poquito de calor,
te daría todo el fuego, pero ya se me apagó.

Te entregué en un alarido
fruto del desasosiego
todo el daño contenido,
y el dolor que llevo dentro.

Se asustaron las estrellas
sitas en el firmamento
al mirar la mala cara

de mi lado más perverso.