Traicionera

Si no hay rumbo donde irme
es que ya no hay coordenadas.
Las hojas de Mayo vuelan
lánguidas por la ventana.
A la orilla de este tiempo encallado estoy.
Ya varado en el silencio, anestesiado voy.

Hoy no encuentro la mañana,
voy flotando en la inercia.
Harto de esperar en vano,
condenado en la inclemencia.
El final de un sueño viaja por el viento del otoño.
Ya se me ha oxidado el odio, ya no espero más.

Lealtad, traicionera al andar.
Y ahí va tu esquiva lealtad, traicionera.
Y sin certeza, no se bien en dónde estoy,
ni dónde están las piezas.

Dando vuelta a la esquina te veo pasar,
tu presencia en el aire parece llegar.
Desbordado de amargura,
condenada el alma pura.
Desespera en esta bruma
aturdida en lo real.
Ya no habrá más primaveras
y el mundo ante mí se cierra.

En su inmensidad que es ciega ya de ahogar.
Y esta es la forma sutil de dejar mis penas a un lado antes de partir.
Tomaste tu decisión jugando bajo el gris de luces de neón.

Y ahí va tu esquiva lealtad, traicionera al andar.
Y ahí va tu esquiva lealtad, traicionera.
Y sin certeza, ya no se bien en dónde estoy
ni dónde están las piezas.

Dando vuelta a la esquina te veo pasar,
tu presencia en el aire parece llegar.

Dando vuelta a la esquina te veo pasar,
tu presencia en el aire...
Tu presencia en el aire...
Tu presencia en el aire...