Tren, viaje hacia el mar
En un vagón de segunda,
tercera no existe ya,
siete personas que callan,
ocho asientos a ocupar,
una vieja señorita que está deseando hablar,
un viajante, un hombre gordo
y otros cuatro o cinco más.
Tren, viaje hacia el mar.
La ventanilla se asoma
con su espejo de mirar,
hasta mis ojos cansados
que no quieren descansar.
Lo mismo me enseña un huerto
que un pastor que fue zagal,
y que en las sopas de leche
su vida ha visto pasar.
Tren, viaje hacia el mar.
Entre la vieja cortina
pasa una choza y un perro,
pasan tristes, pasan justos,
pecadores y risueños.
Pasa el sueño de la sombra
con su burla en el cristal,
pasa un gallo que insinúa
que ya empieza a clarear.
Tren, viaje hacia el mar.
El olor del arrabal
parece que me aconseja
que no es agradable ver
lo que aparece detrás.
Pasa el camino a la fábrica
y un hombre pasa por el,
son las seis de la mañana,
lo va recorriendo a pie.
Tren, viaje hacia el mar.
En el vagón huele a sueño,
nadie ha querido mirar.
Se han hablado de si mismos,
que les importaba más.
La ventanilla se enfada,
las penas aún mucho más,
porque a mis ojos cansados
les da vergüenza mirar.
Tren, viaje hacia el mar.
tercera no existe ya,
siete personas que callan,
ocho asientos a ocupar,
una vieja señorita que está deseando hablar,
un viajante, un hombre gordo
y otros cuatro o cinco más.
Tren, viaje hacia el mar.
La ventanilla se asoma
con su espejo de mirar,
hasta mis ojos cansados
que no quieren descansar.
Lo mismo me enseña un huerto
que un pastor que fue zagal,
y que en las sopas de leche
su vida ha visto pasar.
Tren, viaje hacia el mar.
Entre la vieja cortina
pasa una choza y un perro,
pasan tristes, pasan justos,
pecadores y risueños.
Pasa el sueño de la sombra
con su burla en el cristal,
pasa un gallo que insinúa
que ya empieza a clarear.
Tren, viaje hacia el mar.
El olor del arrabal
parece que me aconseja
que no es agradable ver
lo que aparece detrás.
Pasa el camino a la fábrica
y un hombre pasa por el,
son las seis de la mañana,
lo va recorriendo a pie.
Tren, viaje hacia el mar.
En el vagón huele a sueño,
nadie ha querido mirar.
Se han hablado de si mismos,
que les importaba más.
La ventanilla se enfada,
las penas aún mucho más,
porque a mis ojos cansados
les da vergüenza mirar.
Tren, viaje hacia el mar.
Credits
Writer(s): Francisco Jose Andion Gonzalez
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