La Celda Fría
Para todos aquellos que están privados de su libertad
Les dedica Jorge Véliz y Los Santiagueños de Oro
Un domingo por la tarde
Yo me fui a visitar
A un amigo que está preso
Según dice, por matar
Lleva más de ocho años
En ese horrible penal
Sin saber si es que algún día
Le darán la libertad
Me abrazó muy fuertemente
Luego se puso a llorar
Comentó que nunca nadie
Lo ha venido a visitar
Que sentía un gran deseo
De tener con quién hablar
No dejó de agradecerme
Y esta historia me contó
Ella era todo para mí
Ella fue el único ser
Pero al verla en otros brazos
De dos balazos la maté
Y ahora la lloro sin consuelo
Y en este encierro me voy a morir
Ahora ella está en el cielo
Que no se apiade, mi Dios, de mí
Comentó muy tristemente
Que no podía dormir
Que al principio la soñaba
Hasta escuchaba su voz
Y una noche de tormenta
Ante él se apareció
Toda vestida de blanco
En las manos del Señor
La maté sin darme cuenta
Embriagado de licor
La justicia me condena
Soy culpable, amigo, yo
Fue un estado de locura
Y tomé una decisión
Ahora estoy encarcelado
Sin tener perdón de Dios
Ella era todo para mí
Ella fue el único ser
Pero al verla en otros brazos
De dos balazos la maté
Y ahora la lloro sin consuelo
Y en este encierro me voy a morir
Ahora ella está en el cielo
Que no se apiade, mi Dios, de mí
Para vos, amigo del alma
La historia que me contaste, la hice canción
Les dedica Jorge Véliz y Los Santiagueños de Oro
Un domingo por la tarde
Yo me fui a visitar
A un amigo que está preso
Según dice, por matar
Lleva más de ocho años
En ese horrible penal
Sin saber si es que algún día
Le darán la libertad
Me abrazó muy fuertemente
Luego se puso a llorar
Comentó que nunca nadie
Lo ha venido a visitar
Que sentía un gran deseo
De tener con quién hablar
No dejó de agradecerme
Y esta historia me contó
Ella era todo para mí
Ella fue el único ser
Pero al verla en otros brazos
De dos balazos la maté
Y ahora la lloro sin consuelo
Y en este encierro me voy a morir
Ahora ella está en el cielo
Que no se apiade, mi Dios, de mí
Comentó muy tristemente
Que no podía dormir
Que al principio la soñaba
Hasta escuchaba su voz
Y una noche de tormenta
Ante él se apareció
Toda vestida de blanco
En las manos del Señor
La maté sin darme cuenta
Embriagado de licor
La justicia me condena
Soy culpable, amigo, yo
Fue un estado de locura
Y tomé una decisión
Ahora estoy encarcelado
Sin tener perdón de Dios
Ella era todo para mí
Ella fue el único ser
Pero al verla en otros brazos
De dos balazos la maté
Y ahora la lloro sin consuelo
Y en este encierro me voy a morir
Ahora ella está en el cielo
Que no se apiade, mi Dios, de mí
Para vos, amigo del alma
La historia que me contaste, la hice canción
Credits
Writer(s): Ramon Alejandro Corrales
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