Luci Pistolas

Calzaba un revólver
del calibre 36.
En la curva quedaba,
al este de sus caderas.
Deberías tenerle miedo
si alguna noche la ves
en el rellano donde mueren
sus oscuras escaleras.
Su piel digna horma
del cuero que la cubría,
sus ojos del azul
del primer cielo de la tarde.
Sicaria de los barrios
más faltos de alegría,
bebía del licor de los besos
de los cobardes.
Luci Pistolas tenía algún fallo
y yo me callo.
Y además no sabía dormir,
no sabía dormir sola.
Luci Pistolas...
Salió de la 14
de Martínez de la Rosa.
Luci andaba ebria,
sin un duro en el bolsillo.
Compuso en sus labios
la sonrisa más hermosa,
y le di el fuego que me sobraba
pa encender su pitillo.
Luci Pistolas tenía algún fallo
y yo me callo.
Y además no sabía dormir,
no sabía dormir.
Me propuso compartir
unas sábanas usadas.
Acepté porque nunca
le hago ascos a un buen polvo.
Pero al final nos pudieron
las prisas recalentadas,
y acabamos exprimiéndonos los sexos
en su Volvo.
Me preguntó: "¿te ha gustado?",
yo pregunté demasiado
y empezaron los problemas
y sentí su 36
justo allí donde sabeis.
Luci Pistolas tenía algún fallo
y yo me callo.
Y además no sabía dormir,
y además no sabía dormir,
no sabía dormir sola.
Luci Pistolas...