Mírame

Cuando miras se queda si luz el día
Te adueñas de mí como si tus ojos pudieran absorberme
Como si del fondo de tus entrañas brotara un fuego verde que envolviera mi ser
Y me llevará dulcemente al cielo

Cuando miras se estremecen las flores
Tiemblan de rubor
Se mueren de envidia

Tienes la virtud de encender una hoguera
Y de congelar un lago hecho de lágrimas
Lo mismo rompes con tu desprecio todos los orgullos
Que perdonas todas las maldades

Pero siempre pones en tu mirar
La dulce majestad de quien se sabe reina
Tú no debieras conocer el llanto
Ni la niebla

Tus ojos tienen algo de almendras y mucho de paisaje
Pero también un poder venenoso que los convierte en tiranos
Y que los cambia a voluntad
Volviéndolos compasivos o tristes o crueles o pensativos

Mira, para expresar en música tu mirar
Haría falta robarle a la selva sus rumores
Y la selva es muy celosa
Y cuida toda la gama de sus tonos verdes con el mismo fervor que cuida sus murmullos

Haría falta pintar el mar de otro color porque tú le robaste todos sus matices
Y toda su armonía
Entonces, ¿qué voy a hacer?

Mis manos no podrán por más que vuelen
Llegar hasta la puerta de oro de tus ojos
Cuando miras
Se abre una cortina de esmeraldas
Y aparecen en el fondo dos estrellas

Mírame
Mírame
Con tus ojos que son
Dos luceros que Dios
Puso en mi corazón

Mírame
Mírame
Que al mirarme me das
Un remanso de paz
Y una nueva canción

Mírame
Mírame
Siquiera por saber
Lo que puedes hacer
Tan solo con mirar

Mírame
Mírame
Aunque ciego después
No te mire otra vez
Y me ponga a llorar